Agonías de una mente loca

Secretos

Era como si sus huesos fueran de hule, como si en cualquier momento fueran a fallarle y se rompería en partes que caerían al suelo sin remedio. Como si todos esos dolores que alguna vez ha sentido, fueran a juntarse en un gran huracán y terminarían provocando que se derrumbara.
Pero nunca pasaba nada. Ni siquiera un desmayo. Y la razón podía ser muy simple y aunque no la dijera o pensara, la sabía.
Seguramente todo era producto de su imaginación, de su cerebro que la engañaba porque creía que era más fácil padecer algún mal físico que aguantar o sobrellevar lo que sentía en su interior. Era más fácil tomar un par de medicinas y curarse que enfrentar y soportar el huracán de emociones y pensamientos que tenía dentro de sí. Era mucho más sencillo que combatir contra sus demonios con tan solo una pequeña espada y un frágil escudo que no le servía de mucho, pues de sus demonios era muy difícil que lograra liberarse o curarse, por lo general siempre estaban ahí solo que algunas ocasiones se escondían y la dejaban ser, pero luego volvían a atacar intentando hacerla caer y lográndolo una que otra vez.
Pero al final siempre volvía a levantarse. Siempre sacaba fuerzas de quién sabe dónde y seguía adelante y volvía a creer en la bondad de las personas, en el amor verdadero, en la justicia, en la felicidad... volvía a tener esperanzas y quizás era justo eso lo que le daba fuerzas: la esperanza de que aquello que anhela algún día será su realidad y no solo un sueño, la esperanza de que aún hay algo por lo que vale la pena luchar y no rendirse, la esperanza de que todo eso que parece estar terminándose aún existe y aunque pueda ser difícil de encontrar, está ahí fuera esperando por ella y aunque había ocasiones en las que eso ni siquiera pasaba por su mente e incluso no saliera de su boca, eran los secretos que guardaban su corazón y su alma.