Observó la mirada del rubio mientras tomaba asiento justo a su lado, procurando no pensar demasiado en lo que había sucedido media hora atrás en la Universidad. Otro chico le ofreció una botella de Sake y la aceptó sonriéndole levemente.
—Tardó mucho —dijo Reita de pronto.
—Tenía algo que hacer, me tomó más tiempo del que esperaba —le dio un sorbo al licor—, ¿Qué han estado haciendo? —se recargó en el respaldo y miró a todos los chicos que rodeaban la mesa, platicando animadamente entre ellos, bromeando.
—Acerca de las derrotas que cada uno ha tenido, y qué tantos golpes recibimos anoche —dijo Reita.
—No recibieron ninguno, yo me encargué de todos —tomó uno de los bocadillos con salsa que había en la mesa y lo mordisqueó.
—Vamos, Drakon, no nos dejé en ridículo —comentó uno de los chicos.
—Sin embargo, también recibió un golpe —el rubio le soltó un ligero puñetazo en el hombro derecho y eso fue más que suficiente para provocarle un agudo dolor, frunció el entrecejo y le embarró el bocadillo en la cara.
—No vuelvas a hacer eso —por la estancia se expandió una exclamación de burla y reto, Reita gruñó, la azabache le pasó una servilleta por el rostro con brusquedad.
Aunque lo muchachos hacían un gran esfuerzo por incluirle en la conversación, era evidente lo fuera de lugar que estaba, nunca había sido lo suyo socializar o tener una larga charla con alguien, menos con un grupo como aquel, y nunca sería lo suyo.
Era como si estuviera en un mundo aparte, concentrado en cosas que conocía bien, en las que era excelente, y ese mundo de pronto se viera invadido por cosas con las que nunca imaginó lidiar en algún momento, y esa agitación tenía nombre y apellido:
Takashima Kouyou. Desde que él había entrado a su vida de alguna manera, todo comenzó a dar vueltas y más vueltas.
Tenía que trabajar, no tenía tiempo para estar en ese sitio, o para tener juegos tontos con el modelo.
O para una relación sentimental.
Se estremeció con el pensamiento. Nunca, de verdad que nunca se había planteado tener una relación, y ahora la tenía, o algo así, y no con una persona cualquiera, sino nada más ni nada menos que con uno de los modelos más conocidos de Asia, y el mundo.
¿Cómo había pasado eso?
Pero, si no mal recordaba, ¿Acaso a Takashima no le gustaban los chicos? ¿Le estaría confundiendo con uno? No, eso no podía ser.
Maldita mierda, pensó.
Sintió la vibración del celular dentro de la mochila, se extrañó, casi nunca recibía mensajes, y Kai no le había dicho nada de nada, pero el móvil siguió vibrando. Alguien le estaba llamando, no se le ocurrió quién podría ser. Sacó el aparato de la mochila y contestó.
—Hey, qué hay —de inmediato reconoció la voz de Takemasa, sonrió con alivio.
—¿Cómo tienes mi numero? —preguntó, aun así.
—Tú me lo diste, supongo que no registraste el mío, no me sorprende —contestó animadamente—, ¿Dónde estás? Se escucha bastante ruido —comentó.
—En una reunión, espera —se levantó de su asiento y fue hacia la salida, se quedó en el pasillo—, ¿Así está mejor?
—Mucho, oye, salgamos a tomar algo —era como si la propuesta cayera del cielo, además de que necesitaba contarle lo ocurrido con el modelo.
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Do you know me?
FanfictionUn súper modelo, un estudiante misterioso, un Club de fans cuya presidenta parecía estar desquiciada, y mucho pero mucho misterio, envueltos en una historia impredecible y del todo bizarra.