Capítulo 3.
Al día siguiente Ignazio y Víctor fueron a la juguetería, después de todo el del trabajo era Víctor, y el señor Boschetto lo conocía desde que usaba pañales, así que el que debía ir a verlo era Víctor Pérez, el verdadero, no iba con muchos ánimos que se diga, no sólo le preocupaba el lío en que Ignazio lo estaba metiendo, además el carácter del jefe... no era de lo más tranquilo que se diga.
¡Ignazio! Tu papá me matará si cometes el más mínimo error que para él seré yo y se lo dirá a mi padre y él me matará después - Decía Víctor frente a la puerta de las oficinas del jefe, ¡Estaba muy nervioso! -
¡No te enredes! No haré nada que te meta en problemas, además mi padre ya controla mejor su ira y esta mañana es un manso corderito - Dijo Ignazio tocando la puerta con tres golpecitos -
¡No moleste estoy ocupado! ¡Y si se atreve a entrar lo despido! - Gritó el padre de Ignazio tan fuerte y enojado que Víctor entró en pánico -
¿Con que un manso corderito eh? ¡Mejor me regreso a mi casita! Ahí nadie querrá matarme - Exclamó Víctor dándose la vuelta con todas las intenciones del mundo para salir de ahí muy rápido -
¡No! Espera ¿En qué quedamos? Víctor ayúdame por favor - Dijo Ignazio reaccionando a las palabras de Víctor y tomándolo del brazo para evitar que se fuera -
¡Es que...! Ignazio yo no estoy de acuerdo que mientas de esa forma, la chica no merece que le hagas esto, además me quemarán vivo si se enteran que te presté mi nombre para semejante fraude y ni hablar lo que me haría mi padre, así que por favor tú, ¡Desiste de este plan descabellado! - Casi suplicaba el pobre de Víctor, de veras que Ignazio lo estaba poniendo en una situación muy difícil -
¡Vamos! Nada pasará, sólo quiero saber si hago amigos como alguien normal, ¡Ayúdame! Acuérdate de la promesa que hiciste cuando...
¡Bien! ¡Bien! Ni menciones eso, ¡te ayudo!, pero más vale que las cosas no se compliquen porque me tendrás en alerta máxima todos los días hasta que esto termine - Interrumpió Víctor rápidamente a Ignazio que aceptó de mala gana pero lo importante es que aceptó -
¡Gracias amigo! ¡Hola papá! - Exclamó Ignazio entrando de repente a la oficina de su padre, ya que si volvía a tocar seguro lo despediría antes de contratarlo -
¿Qué hacen aquí? ¡Oh ya recuerdo Víctor el príncipe Pérez quiere trabajar! - Dijo el papá de Ignazio con tono irónico y divertido a la vez, después de todo eso del trabajo era una gran sorpresa para todos, especialmente para el propio Víctor -
Ja... ja... que gracioso señor Boschetto, ¡su humor es lo máximo! - Respondió Víctor con otro tono irónico, él no estaba del todo convencido con esta situación -
Gracias y ¿que sabes hacer? - Preguntó el jefe levantándose de su asiento y acercándose a Víctor -
Bueno... yo...
¿Qué tal tus habilidades interpersonales? - Seguía el señor Boschetto haciéndole preguntas a Víctor que ni siquiera respondía -
Mis... habilidades... soy más o menos como se dice...
¡Lo supuse! ¿Qué clase de puesto o qué área te asignaría si no sabes hacer nada? - Volvió a interrumpir el jefe a Víctor que miraba con mucha seriedad a Ignazio que reía levemente, al parecer alguien disfrutaba la situación incómoda de su pobre amigo -
Él quiere trabajar como vendedor, ¡Desea como nadie vender juguetes! ¡Ama los niños! - Agregó Ignazio de repente sorprendiendo a su padre que lo volteó a ver muy extrañado -
¿En serio? ¿Será capaz de interactuar con los niños y con los padres al mismo tiempo? ¡Ni hablar con los clientes difíciles! - Exclamó el señor Boschetto con mucha duda, no estaba convencido de que Víctor fuera capaz de trabajar -
¡Lo hará! - respondió Ignazio con tanta convicción que el jefe le dio el beneficio de la duda y aceptó la loca idea de su hijo -
¡Bien! Estarás a prueba 15 días, empiezas mañana, debes ser puntual y si me llega alguna queja, comentario negativo, o suspiro de alguien que me hable mal de ti en tu desempeño, ¡Se acabó! Entendido - Dijo el señor Boschetto muy firme y decidido -
¡Sí señor! - Exclamó Víctor saliendo con Ignazio de la oficina de su padre muy transpirado, ¡Jamás había sudado tanto en su vida! -
¡Ya oíste a tu padre debo portarme bien! - Le dijo Víctor a Ignazio mirándolo fijamente y muy amenazante -
¡Sí como digas! ¡Iré a ver a ______! - Dijo Ignazio de lo más ilusionado dirigiéndose a la primera planta donde estaba toda la juguetería, las oficinas estaban arriba solamente, la verdadera magia pasaba en el piso de abajo -
¡Espera! ¿Cómo por qué? ¡La podrás ver mañana! - Le dijo Víctor tomando del brazo a Ignazio para detenerlo -
¿Por qué esperar? ¡Puedo contarle ahora mismo que desde mañana empiezo a trabajar con ella! - Las palabras de Ignazio hicieron que Víctor sospechara que todo esto no era simplemente para probar su teoría -
¿Te has escuchado? ¡A trabajar con ella! Con ELLA ¡Amigo! Trabajarás con mil personas más porque solo la mencionas a ella - Víctor tenía un punto poderoso, Ignazio no supo que decir -
¡Sólo lo dije! Fue una expresión no significa nada, adiós - Fue la vaga respuesta que Ignazio dio, pero al parecer esto no era sólo un juego para él, aunque no se diera cuenta, no le tomó importancia a las palabras de su amigo y bajó rápidamente para hablar con ______ -
¡Hola ______! - Exclamó Ignazio con una enorme y maravillosa sonrisa apoyándose en el mostrador en el que se encontraba _______ acomodando unos peluches -
¡Hola Víctor! ¿Qué haces aquí? - Preguntó ________ devolviéndole la sonrisa y muy sorprendida al verlo de nuevo -
¡Adivina qué! ¡Me dieron el trabajo! - Exclamó Ignazio muy emocionado, todo era nuevo para él después de todo -
¡Qué excelente noticia! ¿Dónde trabajarás? ¿Qué área te asignaron? - Preguntó ______ sonriendo como nunca, Ignazio nunca había visto una sonrisa tan sincera, dulce y hermosa -
¡Aquí en ventas! Qué bueno... porque quería estar contigo - Ignazio lo dijo de una manera casi susurrante, la miraba fijamente con tanta dulzura que el tiempo se detuvo por un instante, ______ se percató de esas miradas y se apenó mucho, sonrojada miró un peluche perfectamente colocado y fingió acomodarlo mejor, definitivamente estos dos se provocan algo mutuamente y tarde o temprano deberán aceptarlo -