Capítulo 16

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Capítulo 16.

Parecía que el tiempo se había detenido, Boschetto tenía enfrente a su primer amor, ¡Tan bella y radiante como hace 25 años! Las lágrimas no se hicieron esperar, ¡Era el mejor momento de su vida!
¡Ángeles! – Exclamó el señor Boschetto abrazando con todas sus fuerzas a la mamá de ________ que sonrió apenas al sentir la emoción de él al verla –
¡Me da gusto verte de nuevo Boschetto! – Dijo ella abrazándolo también con mucha ternura –
¡Sigues usando el mismo perfume! – Decía el papá de Ignazio sin dejarla ni un momento respirando ese aroma que amaba tanto –
¡A ti siempre te gustó! – Le contestó Ángeles acariciando su cabeza como lo hacía mucho tiempo atrás –
¿Qué haces aquí? – Preguntó él mirándola fijamente para convencerse de que fuera real –
¡Vengo a esperar a mi hija para tomar un café antes de que se vaya a la universidad! Sale del trabajo a esta hora – Respondió ella con los hermosos ojos marrones brillantes por las lágrimas que se hacían presentes pero no caían –
¿Tienes una hija? ¿Te casaste? – Preguntaba el señor Boschetto mientras la invitaba a sentarse para conversar más cómodamente –
¡Sí! su nombre es _______ - Al decir eso ella sonrió observando con mucho cuidado la reacción que tendría el señor Boschetto –
¡________! ¡La llamaste como quería nombrar yo a una hija que deseaba tener contigo! – Exclamó el papá de Ignazio con una enorme y sonrisa, podía verse su felicidad a miles de kilómetros de distancia –
¡Sí! por cierto... ¡Feliz cumpleaños! Ayer fue tu día – Dijo la mamá de ________ tomando su mano dulcemente –
¿Te acuerdas? – Preguntó el señor Boschetto muy conmovido, ésa era una señal que él era importante para ella –
¡Por supuesto! Siempre te deseé feliz cumpleaños en todos estos años –
¡Gracias! ¿Y tú esposo no se molestó que nombraras a _______ con ese nombre? – Era importante para él saber eso –
¡Nunca le dije porque deseaba que mi hija se llamara así! – Fue la respuesta que ella le dio –
¿Y si algún día se entera? – Le volvió a preguntar tocando una de sus mejillas tiernamente –
¡No lo hará! Él ya descansa en paz – Dijo algo triste, después de todo lo quiso mucho, era un buen hombre –
¡Lo siento! – Se disculpó algo apenado –
¡No te preocupes! Todo está bien, ¿Y tú tienes hijos? ¿Te casaste? – Ahora le tocaba a ella preguntar –
¡Sí! tengo un hijo, se llama Ignazio, me casé con...
¡Sé con quién te casaste! Ella me lo hizo saber – Interrumpió la mamá de ________ algo deprimida pero no mostró resentimiento alguno –
¿En serio? ¡Lo siento! Siempre fue... impulsiva y difícil, por eso el matrimonio no duró mucho, estamos divorciados – Aclaró el señor Boschetto muy enfáticamente –
¡Está bien! Y siento escuchar eso, ¡Espero que la culpa no sea mía! – En serio ella esperaba que el matrimonio no haya acabado por su causa –
¡De ninguna manera! La culpa fue solo mía y de ella, ¡Más bien creo que ella nos separó! Y...
¡No digas eso! Ella estaba embarazada de ti yo no podía interponerme...
¡Espera Ángeles! ¿Quién te dijo eso? – Preguntó el señor Boschetto muy confundido, algo estaba mal en esta historia –
¡Ella misma! Entiendo tal vez que si yo no...
¡No Ángeles! Jamás te fui infiel ¡Yo te amaba! Lo que pasó con ella fue muchos años después de que tú desapareciste – Le dijo entendiendo que todo había sido una trampa –
¡Ella me mintió entonces! Y yo de tonta le creí y me alejé de ti – Lamentó en ese momento Ángeles, se reprochaba no haber tenido el valor de preguntarle directamente a él, sino que sólo se fue –
¡No digas eso! Yo te amaba mucho sabes... ¡Aún te amo! – Le dijo consolándola acariciando su cabello ondulado que tanto le gustaba –
¡Pero me fui y te dejé! Yo no...
¡Sabía que todo había sido una equivocación! Tú nunca me hubieras dejado de otra forma – Le dijo con tanta dulzura que le correspondió con una hermosa sonrisa, de esas que él ya extrañaba ver –
¡Gracias! ¿Quieres conocer a ________? – Le preguntó Ángeles muy contenta –
¡Por supuesto! Yo te presentaré a Ignazio y así que ellos se conozcan también, después de todo presiento... que seremos una familia – Exclamó el señor Boschetto suspirando profundamente sin dejar de ver ni un minuto a Ángeles que también estaba muy feliz de volverlo a ver –
¡Mamá! – Dijo _______ acercándose a la mesa donde estaba su madre y miraba al hombre que la acompañaba –
¡Ángeles! Es igual a ti ¡Tiene tu misma cara cuando tenías su edad! – Decía el señor Boschetto levantándose extremadamente sorprendido con el parecido de _______ y Ángeles, sin duda que era su hija –
¡Lo sé! _______ él es el señor Boschetto – Dijo su mamá presentándolo, ella de inmediato se dio cuenta de que estaba frente a su jefe –

Un Juego... Llamado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora