4. El primer beso

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Isaac apartó la almohada de su cara, dejando un revoltoso cúmulo de cabellos cubriéndole los ojos que no lo dejaban ver bien a Derek.

—Pensé que ya estabas enterado. —Isaac se levantó de la cama, colocando un par de almohadas a sus espaldas y se recargó.

—No. A decir verdad, creí que era una amiga tuya o familiar lejana que nunca había visto.

Isaac frunció el ceño. ¿Qué demonios estaba diciendo? ¿Familiar lejana?

—Derek, ¿qué cosas dices?

—Tus padres mencionaron que la adoptaron, pero honestamente aún no logro comprender la razón. William no quiso decirme y ya sabes que sacarle alguna palabra a tu madre es imposible.

Isaac asintió, tenía razón. Él tampoco había podido sacarle una sola palabra a su madre.

Ambos permanecieron nuevamente en silencio durante unos momentos hasta que Derek volvió a romperlo:

—¿Y bien? ¿Qué te parece?

Isaac no le contestó, pero ya intuía a qué quería llegar con eso, por lo que decidió pretender no saberlo.

—¿Qué quieres decir?

—Sabes a qué me refiero, Elijah.

—B-bueno... —Isaac se frotó la mejilla con los dedos mientras sus ojos merodeaban por la habitación, y los labios le temblaban en señal de su evidente nerviosismo—. E-ella es... bonita —carraspeó.

Derek solo lo miró. Le había lanzado una mirada que dejaba bastante en claro su desconcierto. Definitivamente no era eso a lo que se refería, por lo que soltó una risita controlada y después le dijo:

—Me parece que me has malinterpretado, depravado. —Volvió a soltar una risa, al mismo tiempo que el calor le subía por el cuello y se le concentraba en las mejillas a Isaac—. Me refería a todo este asunto de la adopción.

—¡Oh, Dios! ¡Lo siento! Y-yo... —trató de explicar.

Sin embargo; una chirriante voz se hizo presente en el pasillo y, al poco tiempo, ya tenían a Wendy de pie frente al marco de la puerta de la habitación, lo que no le permitió a Isaac seguir con su torpe explicación.

—¡Papi!

—Dije que me esperaras allá abajo —respondió Derek, denotando su exasperación a través de su voz. Isaac rio por lo bajo.

—Pero... —Wendy hizo un puchero y entonces Derek se puso de pie. Tomó en brazos a la pequeña, pero, antes de que pudiera abandonar la habitación, Isaac lo detuvo con sus palabras:

—¿Cuánto tiempo se quedarán? ¿Estarán de visita temporalmente o...?

—Nos quedaremos un tiempo —aclaró Derek.

Isaac ensanchó los ojos, sorprendido y muy emocionado a la vez. Esa era una excelente noticia.

—Hablamos luego.

Se despidió con una tenue sonrisa, para después cerrar la puerta a sus espaldas.

No mucho después de que Derek se fue, alguien más llegó, entrando sin previo aviso a la habitación, ignorando por completo el tener la modestia de tocar antes.

—Isaac —habló, caminando hacia él, y después tomó asiento a la par suya.

—H-hola —titubeó en un susurro casi inaudible.

—Tu madre ya me inscribió y me gustaría saber si al menos tuve suerte de compartir clase contigo. —Esbozó una pequeña sonrisa y le extendió la mano a Isaac con una pequeña hoja de papel doblada. Él la tomó y al leerla se sorprendió ante el hecho de que sí, efectivamente compartían clase, y más de las que creía.

ELIJAH © (Parte I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora