Llevo demasiado tiempo para el mismo ejercicio. Ya son casi las ocho, y aún no consigo resolverlo. Mis padres y mi hermana llegaron a casa hace rato. Decían que estaban con unos amigos. En fin.
Me levanto de la silla del escritorio y bajo a la cocina a cenar algo. Los deberes me dejaron hambrienta. Había estado hablando bastante rato con Lauren, cosa que me agradó. Sofi estaba sentada en el sillón viendo la tele. Tenía el pelo recogido en una coletita baja y llevaba su chaqueta preferida de minnie. La quería mucho, muchísimo. Ella, aunque pequeña, había sido uno de mis mayores apoyos.
-¿Tienes hambre?. -le pregunté.
Ella se sobresaltó al escucharme.
-No, grachias.
Parecía muy concentrada viendo los dibujos animados, así que no la molesté.
Cogí un cartón de leche y serví un vaso. Lo calenté en el microondas, le eché un poco de cacao en polvo y saqué unas galletas. Todo lo coloqué en una bandeja y la llevé hasta el salón donde estaba Sofi.-Aquí tienes tu cena, monito. -Sofi sonrió cuando vio las galletas y se abalanzó a coger unas cuantas. Yo me acerqué a ella y deposité un besito en su frente.
Volví a la cocina y me preparé la cena, que sería idéntica a la de mi hermana. Cuando terminé de cenar fui directamente a mi cuarto, pero encontré a mi madre por las escaleras.
-¿Qué hacías? -preguntó, sonriendo (cosa que me extrañó)-.
-Estudiaba -tibuteé.
-¿El primer día?
-Ya ves. -dije mientras terminaba de subir las escaleras-. Ah, ya le he preparado yo la cena a Sofi, mamá.
-Vaya, eso está genial -dijo sorprendida y sonreí.
Me puse el pijama y me tumbé de nuevo en la cama. Hacía frío, así que decidí taparme con las sábanas para no morir congelada. intenté dormir. No podía. Otra vez. Ahora sí.
Suena la alarma del móvil.
Media hora después salgo de casa en dirección al instituto. El aire helado golpea en mi cara mientras camino con rapidez. La mochila choca contra mi espalda de vez en cuando.
Aún no hay nadie en la calle, probablemente porque sólo son las siete y media. Pero no importa. Quiero llegar pronto. Noto que alguien me observa desde atrás. Me giro.
Nadie. Deberé de tener el sexto sentido estropeado. Sigo caminando (que parece más trotar que caminar) sin pausa. Vuelvo a notarlo. Me giro.
-¡Buuu!
Es Lauren. Chillo del susto y después me río con ella.
-¿Qué haces aquí?, sólo son y media.
-Vivo aquí -dice, señalando una casa gris.- Y siempre salgo a esta hora. -me sonríe-.
Le hago una mueca y continúo andando, pero ahora sin trotar. Ella va a mi derecha, por la carretera. El pelo le cae sobre una chaqueta vaquera (que por cierto, me encanta). De vez en cuando me mira y sonríe, cosa que me inquieta.
Llegamos a la puerta del instituto, pero la puerta está cerrada.
-Ven -me dice, y me agarra de la mano.-
ESTÁS LEYENDO
Hasta que la última Rosa muera. (CAMREN)
Fanfic«Si tan sólo supieras lo que daría por volverte a ver....» Con 16 años, Camila es la típica chica nueva, que cree que todo puede salir bien. Como bien dicen: "lo pasado, pasado está"... Lauren, sin embargo, lleva años arrastrando un oscuro secreto...