Hasta que la última Rosa muera. (CAMREN)

CAPÍTULO 10.

Cerré los ojos y me dejé llevar. Tenerla aquí, conmigo, se sentía genial. Pero no duró mucho, porque ella se separó sin previo aviso. Yo abrí los ojos para intentar distinguirla en la oscuridad, aunque apenas vi nada. Suspiré y miré la pantalla de nuevo, sonriendo como una tonta.

Entonces se iluminó un poco, y aproveché para mirarla. Lauren tenía los ojos cerrados, apoyada en el respaldo del asiento. Miré a las chicas, que estaban absorbidas por la película, mientras comían algo (palomitas, al parecer). Ally me miró y sonrió, señalando que viera la película.

-¿Tienes miedo?. -me preguntó en voz baja, unos asientos más allá.-

Me señalé e hice una mueca. Ella rió y desvió la atención hacia la pantalla. A mi no me importaba la tipa de la peli, ni nada. Ahora sólo me importaba Lauren. Que, por cierto, ella seguía con los ojos cerrados.

Puse una mano en su rodilla, llamándola. Ella reaccionó inclinándose un poco hacia delante y abriendo los ojos, como sorprendida. Vi a Normani mirando hacia mí con la sonrisa de antes, y me inquieté un poco. Aparté la mano, y Mani dejó de mirarme, aún con la sonrisa pervertida.

Dinah no había apartado la vista de la película en todo el tiempo que llevábamos ahí, salvo cuando aparecían screamers. Ally nos miraba de vez en cuando, pero al momento imitaba a Dinah.

Lauren pasó la mano por su pelo, revolviéndolo un poco. Suspiró y se acomodó en el asiento, de nuevo. Entonces la sala se fue iluminando, poco a poco. Los focos volvieron a cobrar la intensidad que tenían al principio, y me di cuenta de que ya había acabado.

Nos levantamos, y cogí el cartón de palomitas. Bajamos las escaleras, dirigiéndome a la papelera para tirarlo. Volví con las chicas, que me estaban esperando en la entrada.

-Ha estado... bien, ¿No, Camila?

La pregunta de Mani me sorprendió, y miré hacia otro lado, intentando esquivarla.

-Sí, muy bien. -respondí confusa.-

Mani no podía haberlo visto, ni siquiera yo había visto a Lauren, ¿no?. Creo que me puse pálida y ella lo notó. La tensión me estaba matando.

Unos minutos después, cada una volvió a su casa. Lauren me acompañó hasta la mía, puesto que Dinah ya se había ido y sólo quedábamos nosotras. Caminamos hasta la puerta de mi casa, que, con suerte, no habría nadie dentro.

El frío calaba en mi chaqueta, y al parecer también en Lauren. Aunque llevaba su beanie negra, así que probablemente lo llevaría mejor que yo. Se quedó quieta cuando subí el escalón para acceder a mi casa. Bajó la mirada y se despidió.

Se giró, mordiendo su labio inferior, y avanzó hasta su casa. No quería que se fuera, porque sentía que la estaba perdiendo. Cada paso que daba me alejaba más y más, y hasta mañana no vendría nadie a casa...

-Lauren. -la llamé.-

Ella se giró unos cuantos metros más allá, esperando que continuara.

-¿Quieres quedarte esta noche?.