Final.

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Narrador.

Ambas caminaban de la mano, en dirección a la habitación de Lauren. Andaban despacio, disfrutando el momento que tenían juntas. De repente, ppr una puerta, apareció un hombre de unos treinta años, alto y moreno. Se acercó a Camila bruscamente, haciendo soltar el agarre que ambas tenían.

-Eh tú, no estás nada mal -bufó, acorralando a la chica contra la pared del pasillo-.

Las únicas personas que allí se encontraban eran ellos tres. Al parecer era un área antigua del hospital que nadie visitaba. Lauren sintió su sangre hervir, mientras agarraba con fuerza el brazo del tipo y lo alejaba de Camila.

-Suéltala ahora mismo si no quieres una nariz rota. -soltó Lauren, tan fríamente que lo habría congelado de una mirada-.

El tipo se giró hacia ella a zancadas. Lauren mantuvo la posición, aprentando los puños y sintiendo que cada vez ardía más. Entonces las manos de la chica se convirtieron en dos grandes patas negras, sus ojos brillaron como esmeraldas pulidas y su piel se envolvió en un manto oscuro.

El hombre dio un paso hacia atrás, cuando Lauren ya se había abalanzado sobre él. Camila gritó del susto, y salió corriendo a ponerse a cubierto. La cosa no pintaba nada bien.

Lo único que podía verse era una sombra negra peleando a diestras y siniestras. En un momento, todo se detuvo. El lobo estaba encima de él, con una zarpa apuntando a su cara.

Pero no la usó. Se apartó, y dejó al chico huir, que salió corriendo apenas pudo.

La loba se giró hacia Camila, escondida tras una camilla sin usar. Se acercó a ella, y la chica la abrazó. Tan fuerte que podía haberse quedado con ella para siempre.

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Las lágrimas comenzaron a brotar del rostro de la muchacha cuando la bestia se apartó unos centímetros. La había salvado otra vez, pero algo hizo que Camila notara que Lauren le estaba diciendo que debía irse, justo ahora.

Camila negó con la cabeza mientras enterraba su cara en el cuello del animal. ¿Cómo iba a irse recién hospitalizada?. ¿Cómo iba a escapar en forma lincántropa?, ¿cómo iba a dejarla allí sola?.

-No te vayas Lauren -susurró-, no puedo perderte. Necesito que estés aquí conmigo... tengo miedo.

El lobo la rodeó con sus patas, intentando abrazarla. De su boca logró salir una palabra.

-Volveré.

Camila se aferró a ella con toda su alma. No podía vivir sin ella. No ahora. No cuando tenían una vida por delante. No cuando acababan de empezar la historia de su vida.

Y sin embargo, así era.

Debían decirse adiós, quizá para siempre.

Y sin decir nada más, Lauren se fue. Corrió por los pasillos del hospital hasta la salida. Hasta el bosque.

Camila, quedó destrozada.

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Tranquilos, que queda un epílogo... Y quizá algo más. No sus preocupéis.


xo -R

Hasta que la última Rosa muera. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora