En ese momento sonó el timbre y nos apartamos rápidamente. Aún con nuestras respiraciones agitadas nos pusimos en pie, y yo me coloqué la ropa de la forma que debía estar antes de que llegase Lauren. Ella se pasó las manos por el cabello, intentando peinarse.
-Ven, ¡corre!. -le susurré agarrándola de la muñeca, mientras subíamos las escaleras hacia el piso de arriba.
La llevé hasta mi cuarto y abrí el armario.
-Rápido, métete en el armario.
-Entonces tendré que salir algún día. -rió mientras la empujaba hacia éste.-
-Odio tus chistes.
Bajé despacio, intentando recuperar el aliento para que no sospecharan demasiado. Respiré profundamente y abrí la puerta despacio.
-¿Qué hacéis aquí?.
-Sofi no se encuentra muy bien. -afirmó mi madre.- Así que hemos tenido que volver.
Yo asentí dejándoles pasar.
-¿Que hacías?. -intervino mi padre, sospechando.-
-Estaba en... el baño.
-Tienes la camiseta al revés -intervino mi madre, y noté como palidecí-.
-Estaba a punto de ducharme.
Por suerte pareció creérselo, y mientras ellos se quedaban en el salón subí a mi cuarto. Cerré la puerta sin hacer demasiado ruido y abrí el armario. Pero Lauren no estaba.
-¡BUU!.
Salté del susto y miré a la chica que tenía detrás. Se formó una sonrisa en su rostro que parecía brillar.
-Han llegado mis padres. -le dije nerviosa, mordiéndome el labio inferior.-
Ella abrió mucho los ojos, sorprendida. Se llevó una mano a la frente.
-¿Qué hacemos?.
-No lo sé -le contesté.-.
Hubo un incómodo silencio entre las dos. Ella comenzó a hiperventilar.
De repente, Lauren hizo una mueca de dolor y cayó de rodillas al suelo.
-¡¿Lauren?!.
Ella se había hecho un ovillo en el suelo. No me contestaba, sólo se quejaba.
-¿Qué te pasa Lolo?
Enrojecí al decir aquello. Era algo que siempre le había querido decir, pero nunca me atrevía. Hasta ahora.
Yo no sabía que hacer; si llamaba a mis padres me preguntarían que qué diantres hacía con una chica en casa, y si llamaba a la ambulancia también me pillarían.
Mierda.Lauren se arrodilló y se golpeó contra la pared. Gruñó algo e intentó abrir la puerta. Yo intentaba calmarla como podía, pero no sabía qué le pasaba. Consiguió abrirla y se arrastró por el pasillo.
-Lauren, nos van a pillar.
No contestó, sino que fue directa al patio y abrió la puerta para acceder. Yo la seguí sin saber muy bien qué hacer.
-Lauren... -la llamé con un hilo de voz.-
Ella no me miró. No me había mirado desde que se tiró al suelo. Subió al muro que comunicaba con una casa más baja, y esta vez sí me miró a los ojos, y saltó.
Corrí como pude a por ella, pero ya había caído en el tejado de la casa contigua. Estaba tendida en el suelo, inmóvil. Entonces, gracias a la farola que iluminaba la calle, me di cuenta de que ya no era la Lauren que me había acompañado a casa.
Se levantó, a cuatro patas, y volvió a saltar, esta vez para bajar del tejado y llegar a la carretera. Su pelaje negro relucía con la luz de la luna llena, y entonces me acordé de sus ojos. Cuando me miró, brillaban de forma sobrenatural. Tanto que podrían haber iluminado la noche entera.
Lauren se había convertido en un gran lobo negro.
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Hasta que la última Rosa muera. (CAMREN)
Fanfic«Si tan sólo supieras lo que daría por volverte a ver....» Con 16 años, Camila es la típica chica nueva, que cree que todo puede salir bien. Como bien dicen: "lo pasado, pasado está"... Lauren, sin embargo, lleva años arrastrando un oscuro secreto...