CAPÍTULO 18.

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Lauren le sonrió, como era de costumbre. Sabía que Camila estaba preocupada y confundida, y por ello intentaba calmar el ambiente, aunque no siempre lo conseguía. El frío les hacía tiritar, aunque la ojiverde ya estaba acostumbrada. Se miró las manos. Ya no estaban llenas de garras afiladas, ni de pelo que le protegiese de la nieve. Aún así prefería su forma humana, y según ella, su forma "original".  Prestó atención al ruido de unos pasos en la lejanía. Después de tantos años de licantropía, la joven había desarrollado a la perfección los cinco sentidos. Estaba tensa, al igual que camila, que la miraba insegura.

Lauren no apartó un segundo la mirada de aquellos matorrales, a unos veinte metros de distancia. Sentía una presencia, es más, podía olerla.

POV Lauren:

-No te muevas -le susurré a Camila, que estaba detrás de mí. Ella asintió y tragó saliva con dificultad. Yo le lancé una mirada tranquilizadora y me giré de nuevo-.

Percibía un olor a can y ceniza. No conseguía distinguir figura alguna tras los arbustos, por lo que me levanté un poco para ver por encima de la roca que tenía en frente. Pero un gran gruñido, proveniente del mismo lugar, me paralizó.

Me giré lo más rapido que pude hacia Camila, para comprobar que estuviese bien, y que lo que quiera que fuera eso no le había hecho daño. Pero me encontré con su tez pálida, y lágrimas que estaban a punto de ser derramadas. Al principio no entendía qué le pasaba, así que me acerqué a ella. O al menos lo intenté, porque al hacerlo caí al suelo de rodillas.

Mi vientre dolía. No podía sostenerme en pie, no podía estar arrodillada. Ni siquiera noté la fría nieve cuando caí al suelo de espaldas. Entonces vi una sombra gris correr delante mía. No deja de doler. No puedo, no puedo levantarme. Noto los suaves brazos de Camila envolviéndome en un cálido abrazo. Pero yo no puedo devolvérselo, no puedo moverme. Agacho la cabeza y veo un desgarro en mi camiseta.

-¿Qué ha pasado?... Lauren, por favor... -la oigo sollozar, pero apenas puedo articular palabra-. Lauren te pondrás bien, te lo juro. . Lolo, buscaré ayuda. Pero tienes que... -hizo una pausa, y la oí llorar en mi hombro-. Lolo tienes que aguantar. Hazlo por mí... por nosotras.

Intenté calmarla, intenté decirle cuánto la quería, intenté hablar con ella, pero apenas murmuraba palabras sin sentido.

Tengo sueño, pero no puedo dormir. Tengo que hacerle caso a Camz.

Oigo cómo sigue hablándome, pero no la entiendo. Noto cómo una lágrima cae por mi mejilla, sin haber sido llamada. Y ya no noto nada.

Todo se vuelve negro.

Hasta que la última Rosa muera. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora