Capítulo 2

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Salí y fui al coche. Pasó una limusina por un charco y me caló . Genial... Fui al coche y de paso al piso. Una vez allí me cambié la ropa por una mejor, no podía salir con esas pintas.

- Esta noche fiesta sí o sí -dijo Amanda

+ No me apetece mucho

- Venga tía Anímate hay que salir y vivir-dijo Karen- el sábado sabes que las dos trabajamos por la tarde y no podemos salir- siguió.

Cierto, trabajan organizando bodas y el sábado por la tarde no podríamos salir. Me eché una siesta para aguantar por la noche. Me desperté a las 19:00, recogí un poco mi habitación, parecía una leonera. Hicimos la cena y a las 22:00 empezamos a prepararnos. Yo me di un baño relajante, era lo único que necesitaba con tanto estrés a lo largo de la semana y luego me preparé.

No sabía qué ponerme así que me ayudaron. Me escogieron un vestido verde de capa con unos tacones muy altos y me peinaron y pintaron de tal forma que todo combinará a la perfección. La verdad esque estaba muy agradecida, hace mucho que no me arreglo para salir. Cogimos un taxi, pues fuimos dispuestas a beber y ya sabéis el dicho "si bebes, no conduzas". Entramos en ma discoteca y fuimos al centro de la pista a bailar.

Mi cuerpo estaba exhausto de tanto baile y necesitaba algo para beber. Fui a la barra a sentarme y pedir un Gin Tonic. El problema de cuando bebo es que una vez que voy al baño, parece que me hago pis siempre. Me hacía paso entre la gente y noto, de nuevo en este día, mi ropa húmeda. Pero esta vez por culpa de alguien que derramó su copa encima de mí.

-Eh ten más cuidado- dije dándole en el hombro. El chico se giró, me quedé perpleja era muy guapo. Alto,ojos marrones con el pelo largo y castaño, bien vestido.

+ Perdona

- Ya..ahora tendré que llevarlo a la tintorería-- mi bordería se hacía notar en mis palabras.

De nuevo, fui a barra a por otra copa y me senté. Cuando me doy cuenta, el chico de la copa está sentado a mi lado, ¿acaso me siguió?

- ¿Puedo invitarte a una copa?-- una sonrisa acompañaba a la propuesta.

+ Bueno..vale, pero no olvido lo de esta mancha-- señalé mi vestido. Ni tanta hermosura hicieron que mis humos se bajaran.

Él bebía Martinis y yo seguía con los Gin Tonic. ¿Para qué cambiar de costumbre? Traz un instante de un silencio incómodo, él lo rompió.

-¿ Soy Paul y tú?

+ Julia

Nos dimos la mano y hablamos más bien poco, solo hasta que acabé su copa de cortesía. Cuando me levante del asiento, todo daba vueltas, me sentía mareada por el alcohol

- Voy a buscar a mis amigas, gracias por la copa-- por un momento casi caigo del colocón.

+ Te acompaño, no creo que estás en buenas condiciones-- yo iba delante intentando encontrar a las chicas y él, como si fuera un guardaespaldas me seguía.

Justo empezó a sonar una de mis canciones favoritas. Al menos me pilló en la pista y no cuando me fuera para casa, porque eso me hubiera dolido más.

-Esta canción me gusta mucho, por favor baila conmigo-- ¿dónde había dejado mi borderia? Qué atrevida me estaba haciendo el alcohol.

+ Está bien -- él no daba crédito a mi petición, no nos conocíamos de nada.

Bailábamos, yo como si no tuviera sentido del ridículo. Es lo que hace el alcohol. Lo único de lo que me daba cuenta es de aquella química que había entre nosotros. Ninguno nos quitamos el ojo de encima en toda la noche. En cuestión de segundos nuestras frentes estaban juntas. Pero llegaron mis amigas.

El hijo de mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora