Obi-Wan y Satine: Un amor real y posible

Capítulo 18: Plan para el cambio

Narrador Satine:

Tenía una cierta inquietud desde la mañana en que desperté, Obi-Wan se había ido ayer, para volver a trabajar en el Templo y aunque me promete que siempre se cuida, siempre tengo la angustia de verlo herido, como en otras ocasiones y lo peor, es que ese miedo de perderlo en alguna batalla, es inolvidable; porque jamás me perdonaría el hecho, de no volverlo a ver nunca más y más, porque yo le prometí, que le iba a ayudar a encontrar a su verdadera madre, pasara lo que pasara, aunque me quitaran el puesto de Duquesa de Mandalore para comenzar una nueva vida juntos. En eso, escuché los pasos de alguien, que entraba por la puerta principal del palacio y cuando salí a averiguar quién era, me llevé el susto de mi vida al verlo de esa forma.

Satine: - ¿¡Obi-Wan!? ¡Obi-Wan, mi amor! - dije preocupada y angustiada, al verlo en ese estado y de pronto, cayó sin fuerzas al suelo cuando me acerqué a él - Obi-Wan, ¿qué te pasó? - de repente, sentí como unas lágrimas se me salieron por las mejillas por la preocupación.

Obi-Wan: - Lamento haber llegado en estas condiciones, Duquesa - apenas pudo decir con dolor, pero me confundí cuando me hablaba en tercera persona, pero me hizo seña de que alguien estaba atrás de mí - pero no encontraba otro...lugar para sanar, antes de llegar a Courusant, la misión que me encargaron...estaba a varios parsecs cerca de aquí, por lo que decidí ver si podía recibir atención médica urgente - dijo con las pocas fuerzas que le quedaban, yo volteé y le dije a mis guardaespaldas que me ayudaran a llevar a Obi-Wan a mi habitación; pero que no llamaran a nadie, a menos que yo se los indicara.

Satine: - Nadie puede saber que el Maestro Kenobi está aquí, si alguien se entera, tal vez pudieran aprovecharse de su mal estado y atacarnos sin escrúpulos - ambos asintieron sin preguntar nada - aseguren el castillo por esta noche, hoy yo estaré bajo los cuidados del maestro jedi - cuando se cerró la puerta, la aseguré y cerré las cortinas, para que ninguna cámara o robot pudiera observar lo que pasaba dentro de mis aposentos; luego, traje un botiquín de primeros auxilios, para curar las heridas de Obi-Wan, junto con un caso con agua para limpiarle las heridas - Obi-Wan, ¿qué es lo que pasó?

Obi-Wan: - Darth...Maul - no sabía quién era, pero no lo interrumpí - Darth Maul, ha vuelto y quiere vengarse de mí - me impactó la noticia que no quise ni imaginar lo que pudo haber pasado de no haber escapado, en eso, sonó mi comunicador.

Satine: - ¿Diga?

Fernanda: - Duquesa Satine, habla Fernanda, sólo quiero confirmar que ya haya llegado Obi-Wan con usted - le respondí incrédula por la forma en que estaba - ahora, me imagino que ya vio como lo dejaron, ¿verdad? - no pude responder por la tristeza, que lo único que pude hacer fue voltearlo a ver y con dificultad - Bueno, lo único que le puedo decir, es que yo fui quien lo envió a Mandalore por cuatro días, para que se recuperara de sus heridas pero nadie más sabe que él está aquí, sólo el Consejo Jedi y yo lo sabemos - hizo una pausa - pero, lo que no sabe el consejo es que él está con usted, por lo que se debe mantener así el secreto.

Satine: - Comprendo, pero tú sabes ¿por qué le hicieron esto? - dije muy asustada.

Fernanda: - Eso, se lo debe decir Obi-Wan personalmente duquesa, pero lo único que le puedo decir, es que por ahora debe mantenerse en reposo absoluto y que no intente hacer movimientos bruscos, por favor; aunque sus heridas no son tan graves, debe mantenerse quieto para que sus músculos puedan reponerse - puse mucha atención, para seguir al pie de la letra sus instrucciones para curar a Obi-Wan - ahora, no se preocupe con dejar solo a Obi-Wan, mi prima Fernanda, se encargará de disfrazarse de usted, para no levantar sospechas y que así, pueda quedarse con Obi-Wan en todo momento y un último favor, vamos a requerir que todas las noches, mientras se cura Obi-Wan, mantenga vigiladas todas las puertas del palacio, que nadie entre por ninguna circunstancia.