Capitulo 12

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Besos,más besos, y eso lleva a otra cosa, y cuando nos dimos cuenta, estabamos teniendo sexo en el baño, conmigo empotrada en la puerta, y él dando embestidas desesperadas, parecía que no había practicado sexo desde la última vez que estubimos juntos, era mucho más agresivo, me besaba mordiendome los labios, me mordía el cuello, bajaba y me mordía los pechos, no los besaba, ¡ los mordía!, me encantaba, me gustaba ese lado salvaje que sacaba conmigo, me dejaba hacer, me contagió y yo también mordía, y subíamos y bajábamos, embestida tras envestida, asta que legamos al éxtasis, se dejó llevar y derramó su semen dentro de mi, me subió por la barriga muchas mariposas, y comencé a temblar, me iba a caer, no podía aguantar mi cuerpo, y él me agarró, y puso mis pies en el suelo.

Respirabamos entrecortadamente, ambos teníamos los labios hinchados, muy rojos, me dolía el cuello, el pecho, tenía una idiota sonrisa en la cara que en cuanto ví la cara de él se me borró enseguida. Me miraba con ojos furiosos,  no tenía ninguna cara de que le haya gustado, me miró y rápidamente se volvió, se miró al espejo e intentó recomponerse, yo me intenté recomponer... pero la cabeza no paraba de decirme que hoy no podría ser asi, hoy no podría venir, follarme e irse, sin hablar, sin nada...

- Eric... - me acerqué con cuidado, le cojí el brazo. Me miró de una manera que nunca me había mirado después del sexo, porque era eso, solo sexo.

- Déjame en paz.. ¡ Joder!! ¡mira lo que me has hecho hacer! ¡con mi familia detrás de esa puerta!

Me gritó, muy fuerte, y yo me encongí, me quitó las manos de su brazo de muy malas maneras, hizo que recordara a Carlos, cuando él se ponía asi conmigo, pero no, me negaba a admitir que Eric era igual que él, un nudo se hizo en mi garganta y no podía decir nada...

- Eric.... - lo dije casi en un susurro, no sabía que le iba a decir, no sabía que hacer.

-  ¡ Joder! ¡Mierda! ¡ Vaya marrón! - Eric segía maldiciendo una y otra vez, y yo me fui hacia atrás hasta dar con mi espalda en la puerta, me dejé caer de ella porque tenía el cuerpo tan dolorido y devil que ccasi no podía mantenerme en pié, no ya por el sexo increible que habíamos tenido, sino por esas palabras que había dicho después.

Eric se volvió furioso hacia mi y me señaló un chupetón en el borde del cuello de la camisa.

- ¿ que mierda me has hecho? ¡ joder! ¿querías dejar claro que estaba follando contigo? que sepas que no eres la unica con la que follo, hay muchas más rubita...

Mis ojos se llenaron de lagrimas no derramadas, veía borroso, pero me daba igual.

- ¡Vete a la mierda! - le grité y salí del baño.

No sabía donde ir así que entré en una puerta y había una habitación, de invitados supongo porque no tenía absolutamente nad personal de nadie, y ahora sí permití que mis lagrimas bajaran por mi cara, y sollocé, una y otra vez.

Porque hay personas con las que estubiste mucho tiempo, pero el poder de sus palabras es nulo, porque cuando yo estaba con Carlos lo que me dolían era sus palizas, no sus palabras, porque después siempre tenía bonitas palabras de amor que decirme, pero Eric había llegado tan dentro de mi que sus palabras me hicieron más daño del que ubiese ocasionado cualquier golpe.

Estaba a oscuras, y la puerta se abrió, me tensé mucho al ver a una figura, que hacía tanto que no la veia, era Gonzalo, el primo de Eric, y venía de nuevo borracho. Prendió la luz y me vió encojida en el suelo, con lagrimas por mi cara...

- Ohhh mira quien está aqui.... si es la gatita de la fiesta de ace meses... nunca olvido una cara gatita y la tuya, siendo tan linda mucho menos... - puso una sonrisa socarrona y se acercó a mi, hablaba un poco atropelladamente pero se entendía lo que decía -

Tenías que ser tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora