Colors. |Draco Malfoy|

Tazas de té y garras de hipogrifo. |3|

Aeryn

Cuando Harry, Ron, Hermione y yo entramos en el Gran Comedor para desayunar al día siguiente, lo primero que vimos fue a Malfoy, entreteniéndo a un grupo de gente de Slytherin con una historia muy divertida. Al pasar por su lado, Malfoy hizo una
parodia de desmayo, coreado por una carcajada general.

—No le hagáis caso— nos dijo Hermione, que iba detrás de Harry —Vosotros, ni el menor caso. No merece la pena.—

—¡Eh, Potter, Baxton!— gritó Astoria Greengrass. —¡Que vienen los dementores! ¡Uuuuuuuh!—

Hermione me detuvo antes de que pudiera alcanzar mi varita, mientras la estúpida de Greengrass sonreía victoriosa.

Harry se dejó caer sobre un asiento de la mesa de Gryffindor; junto a George.
Yo me senté frente a él, junto a Fred, quién me recibió con un cálido beso en la mejilla y rodeó mis hombros con uno de sus brazos.

—Los nuevos horarios de tercero— anunció George, pasándolos —¿Qué te ocurre,Harry?—

—Malfoy.— contestó Ron, sentándose al otro lado de George y echando una
mirada desafiante a la mesa de Slytherin.

George alzó la vista y vio que en aquel momento Malfoy volvía a repetir su
pantomima.

—Ese imbécil— dijo sin alterarse —no estaba tan gallito ayer por la noche, cuando los dementores se acercaron a la parte del tren en que estábamos. Vino corriendo a nuestro compartimento, ¿verdad, Fred?–

—Casi se moja encima —dijo Fred, mirando con desprecio a Malfoy, cosa que me causó gracia y lo miré con una sonrisa. Él bajó la vista hacia mi y me correspondió con otra sonrisa, mientras me servía una taza con jugo de calabaza.

—Gracias, Freddie.— le agradecí con otro beso en la mejilla que, posteriormente, se tornó de color carmesí.

—Yo tampoco estaba muy contento— reconoció George —Son horribles esos
dementores.—

—No le des más vueltas, Harry.— intervine yo. —Yo también me desmayé, ¿o es que acaso no lo recuerdas? No es como si desmayarse fuera más horrible que, no sé..— hice una pausa, pensando en alguna comparación. —No es como si fuera tan horrible como cuando Ron se pone frente al espejo a hacer posturas de chico sexy, haciendo fuerza para marcar sus músculos.

Los gemelos y prácticamente toda la mesa, estallaron en carcajadas en cuanto hice el comentario. Incluso Harry había sonreído, y eso era lo que estaba buscando.

Por el contrario, ofendido, Ron me miró con cara de pocos amigos y yo le supliqué con la mirada que no me odiara algo que deduzco que finalmente comprendió.

—De cualquier modo, veremos lo contento que se pone Malfoy después del primer partido de quidditch— dijo Fred —Gryffindor contra Slytherin, primer partido de la temporada, ¿os acordáis?—

La única ocasión en que Harry y Malfoy se habían enfrentado en un partido de
quidditch, Malfoy había llevado las de perder. Un poco más contento, Harry se sirvió salchichas y tomate frito.

Disimuladamente, Fred se inclinó hacia mi quedando a la altura de mi oído.

—Vendrás a animarme, ¿no es así?— susurró cerca de mi oído provocando que un escalofrío recorriera mi espalda y, antes de poder responder, Fred volvió a alejarse y me guiñó un ojo.