Clases aburridas y Quidditch. |7|

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Narrador externo.


La peor clase de todas era Pociones.


Snape estaba aquellos días especialmente propenso a la revancha y todos sabían por qué. La historia del boggart que había adoptado la forma de Snape y el modo en que lo había dejado Neville, con el atuendo de su abuela, se había extendido por todo el colegio.


Snape no lo encontraba divertido. A la primera mención del profesor Lupin, aparecía en sus ojos una expresión amenazadora.


A Neville lo acosaba más que nunca.


A nadie le gustaba realmente la asignatura sobre Cuidado de Criaturas Mágicas, que después de la primera clase tan movida se había convertido en algo extremadamente aburrido.


Hagrid había perdido la confianza.


Ahora pasaban lección tras lección aprendiendo a cuidar a los gusarajos, que tenían que contarse entre las más aburridas criaturas del universo.


A comienzos de octubre, sin embargo, hubo otra cosa que mantuvo ocupado al cuarteto de oro, algo tan divertido que compensaba la insatisfacción de algunas clases.


Se aproximaba la temporada de quidditch y Oliver Wood, capitán del equipo de Gryffindor; convocó una reunión un jueves por la tarde para discutir las tácticas de la nueva temporada.


En un equipo de quidditch había siete personas: tres cazadores, cuya función eramarcar goles metiendo el quaffle (un balón como el de fútbol, rojo) por uno de los aros que había en cada lado del campo, a una altura de quince metros; dos golpeadores equipados con fuertes bates para repeler las bludgers (dos pesadas pelotas negras que circulaban muy aprisa, zumbando de un lado para otro, intentando derribar a los jugadores); un guardián que defendía los postes sobre los que estaban los aros; y el buscador; que tenía el trabajo más difícil de todos, atrapar la dorada snitch, una pelota pequeña con alas, del tamaño de una nuez, cuya captura daba por finalizado el juego y otorgaba ciento cincuenta puntos al equipo del buscador que la hubiera atrapado.


Oliver Wood era un fornido muchacho de diecisiete años que cursaba su séptimo y último curso. Había cierto tono de desesperación en su voz mientras se dirigía a sus compañeros de equipo en los fríos vestuarios del campo de quidditch que se ibaquedando a oscuras.


—Es nuestra última oportunidad..., mi última oportunidad... de ganar la copa dequidditch.— les dijo, paseándose con paso firme delante de ellos. —Me marcharé al final de este curso, no volveré a tener otra oportunidad. Gryffindor no ha ganado ni una vez en los últimos siete años. De acuerdo, hemos tenido una suerte horrible: heridos..., cancelación del torneo el curso pasado...— Wood tragó saliva, como si el recuerdo aún le pusiera un nudo en la garganta. —Pero también sabemos que contamos con el mejor... equipo... de este... colegio.— añadió, golpeándose la palma de una mano con el puño de la otra y con el conocido brillo frenético en los ojos. —Contamos con tres cazadoras estupendas.— Wood señaló a Alicia Spinnet, Angelina Johnson y Katie Bell. —Tenemos dos golpeadores invencibles.—


—Déjalo ya, Oliver; nos estás sacando los colores.— dijeron Fred y George a la vez, haciendo como que se sonrojaban.


—¡Y tenemos un buscador que nos ha hecho ganar todos los partidos!— dijo Wood, con voz retumbante y mirando a Harry con orgullo incontenible. —Y estoy yo.— añadió.


—Nosotros creemos que tú también eres muy bueno.— dijo George.


—Un guardián muy chachi.— confirmó Fred.


—La cuestión es,— continuó Wood, reanudando los paseos. —que la copa dequidditch debiera de haber llevado nuestro nombre estos dos últimos años. Desde qué Harry se unió al equipo, he pensado que la cosa estaba chupada. Pero no lo hemos conseguido y este curso es la última oportunidad que tendremos para ver nuestro nombre grabado en ella...— Wood hablaba con tal desaliento que incluso a Fred y a George les dio pena.


—Oliver, éste será nuestro año.— aseguró Fred.


—Lo conseguiremos, Oliver.— dijo Angelina.


—Por supuesto.— corroboró Harry.


Con la moral alta, el equipo comenzó las sesiones de entrenamiento, tres tardes a la semana.


El tiempo se enfriaba y se hacía más húmedo, las noches más oscuras, pero no había  barro, viento ni lluvia que pudieran empañar la ilusión de ganar por fin la enorme copa de plata.

Colors. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora