Malfoy. |5|

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Aeryn

Al día siguiente me desperté antes de lo normal; había tenido una pesadilla alrededor de las 03:30 de la mañana y después de eso no había logrado dormir más de dos horas.


Había soñado con un chico, el cual no pude reconocer su cara. Lo único que recuerdo eran sus ojos grises intensos, eso y que me susurraba cosas en un idioma el cual no pude reconocer.


A pesar de que a penas eran las 07:00 y que quedaba una hora para el desayuno, decidí vestirme y bajar hasta los jardines para caminar un poco y despejarme.


Caminaba por los jardines, en busca de algún árbol en el que recostarme, cuando distinguí una cabellera rubia.


—Malfoy.— saludé colocándome frente al muchacho.


—Baxton.— el rubio me devolvió el saludo acompañado de una sonrisa.


—Me resulta extraño llamarte por tu apellido.— confesé. —Es como sí estuviera hablando con tu hermano.— no pude evitar una mueca de disgusto al recordar al mayor de los Malfoy.


—Sí, es por eso que nadie me llama por mi apellido.— hizo una pausa. —Dicen que les gusta más Aiden.—


Yo asentí, sin saber que responder, debatiendo internamente sí debería o no sentarme junto a él.


Como sí me leyera el pensamiento, Aiden palmeó un lugar a su lado invitándome a hacerle compañía.


—Y dime, ¿qué haces por aquí tan temprano?— me atreví a preguntarle una vez sentada a su lado.


Creí que sería la única 'madrugadora' en Hogwarts.


—Me gusta venir aquí a pensar. Sobretodo a estas horas, cuando no hay niños de primer año correteando y gritando por todos lados.— me dedicó una sonrisa de lo más tierna, a decir verdad. —Y bueno, también he aprovechado para leer la carta de mi madre.—


—¿Y qué dice?—


Aiden profirió una mueca y al instante me arrepentí de haberle preguntado algo tan personal. Es decir, esta era la segunda vez que hablábamos y no había la suficiente confianza entre nosotros.


—Esto, uhm, no quería parecer tan entrometida. Lo siento.— agaché la cabeza, intentando ocultar mis mejillas encendidas por completo ante la vergüenza.


—No te preocupes, Aeryn.— pausó para tomar una bocanada de aire. —No me incómoda de hablar de temas familiares, simplemente es complicado.–


—Las clases de Snape... Eso sí es un tema complicado.— bromeé, restándole importancia al asunto. Aiden me caía bien, a pesar de llevar el apellido Malfoy.


Aiden profirió una sonrisa y negó con la cabeza, mientras desplegaba los dobles de la carta, hechándole un vistazo.


—Mi madre me pregunta cómo estoy, cómo me van las clases... Ya sabes, lo típico de una madre.— respondió encongiéndose de hombros.


Colors. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora