Colors. |Draco Malfoy|

¿Debería ponerme celoso? |10|

Aeryn

El pobre Harry, a pesar de haberle insistido una y otra vez a McGonagall que le permitiera ir a la salida, ésta se había negado rotundamente.

La mañana del día de Halloween, Harry se despertó al mismo tiempo que nosotros, a pesar de que sabía que no iba a asistir a la salida a Hogsmeade, y bajó a desayunar muy triste, pero tratando de disimularlo.

—Te traeremos un montón de golosinas de Honeydukes.— le dijo Hermione,
compadeciéndose de él, mientras yo asentía dándole la razón.

—Sí, montones.— dijo Ron.

Por fin habían hecho las paces él y Hermione.

—No os preocupéis por mí.— dijo Harry con una voz que procuró que le saliera despreocupada, aunque no engañaba a ninguno. Era obvio que se moría de ganas por venir, y eso me hacia sentir aún peor. —Ya nos veremos en el banquete. Divertios.— 

Yo le dediqué una leve sonrisa y rodeé sus hombros con mi brazo.

Después de desayunar, Harry nos acompañó hasta la salida y, tras despedirse, se marchó cabizbajo en dirección a la torre de Gryffindor.

—¿Habéis visto su cara?— comentó Hermione, mientras emprendíamos el camino hacia Hogsmeade; ella, Ron y yo.

—Sí...— murmuré mirándola con cierta lástima. —Hubiera dado lo que fuera porque viniera con nosotros hoy.—

—¿Por que viniera quién?—

La voz de Fred nos hizo girar el rostro a los tres, mientras el gemelo rodeaba mis hombros con un brazo, apretándome contra él.

Me dedicó una sonrisa pícara, la cual respondí con otra.

—Harry.— respondió Ron, ajeno a las miradas que Fred y yo nos dedicábamos. —McGonagall no lo dejó venir hoy.—

El resto del camino nos lo pasamos bromeando y contando anécdotas. Bueno, en realidad los únicos que bromeaban eran Fred y George, como de costumbre, pero aún así se nos hizo más ameno el camino.

Fred no apartó su brazo de mis hombros en ningún momento, ni siquiera cuando llegamos a Hogsmeade.

—Bueno chicos— habló el pelirrojo de mi lado. —Nosotros nos vamos a Zonko's a... A ver unas cosas.—

Hermione me dedicó una mirada interrogante, mientras que George ponía morrudos enviándonos besos a ambos y guiñándole el ojo a Fred.

Ron, por el contrario, continuaba ajeno a la situación. Como de costumbre.

—¿Nos vemos en el Caldero Chorreante en una hora?— cuestionó George, sin dejar a un lado la sonrisa traviesa.

Hermione aceptó a regañadientes.

Creo que estaba molesta y no se sí era por el hecho de que no iba a pasar el día de Halloween con ella, o porque no le había contado sobre mi cita con Fred.

De todos modos, más tarde hablaría con ella.

Una vez nos despedimos y cada uno se fue por su camino, Fred y yo emprendimos nuestros pasos en dirección a Zonko's.

La verdad es que me sentía bastante nerviosa ya que Fred no apartaba la vista de mi, mirándome sonriente, y no es que no me gustara, todo lo contrario, es que no sabía como actuar en esta situación.