AMENAZA

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| CAPÍTULO IV |

La reunión transcurría lentamente. Severus sentía que llevaba toda una eternidad en la madriguera, tanta gente lo tenía mareado, aburrido, frustrado, asqueado... llevaba bastante tiempo con la misma copa de Whisky de Fuego que Arthur le había ofrecido; no hablaba con nadie y permanecía sentado apartado de todos pero escuchando muy bien cada conversación.

"¿Quién crees que sea el padre?"

¿Realmente se preguntaban eso? El pensamiento cruzaba por la mente de todos al mismo tiempo que le sonreían a la Gryffindor. En la opinión de Severus, deberían preguntárselo y punto. Cada uno de ellos integraban una gran familia, una familia a la cual él no pertenecía, por ende no podría encarar a la muchacha... pero los demás sí.

Aunque bien sabía que era una indiscreción dado a que ella no lo había comentado y si tuviese una pareja habría llegado con él. Curiosamente, pasaría en Grimmauld place lo que durara su embarazo... Entonces, Potter tenía que saber. ¿Quién más si no el mismísimo Harry Potter?

Por otra parte, Ron Weasley parecía un auténtico toro. Snape podría apostar lo que sea a que el chico echaba humo por la nariz. Bebió un sorbo de su copa compadeciendo al pelirrojo... jamás le había caído bien esa comadreja pero lo comprendía, no era para menos, él se sintió peor años atrás cuando supo que Lily estaba embarazada.

Le causaba gracia la situación, al menos él no era el único miserable en el lugar. Prefería no haber asistido pero Minerva no dejaba de insistirle con que debía integrarse para limpiar su nombre y, si acudía a esa reunión, sería más fácil declinar la siguiente invitación de Harry o de algún miembro más de la orden.

...

Tal vez Ginny no sería la tía biológica del futuro bebé pero ella contaba con que algún día se casaría con Harry y, de algún modo, terminaría "emparentada" con Hermione.

—Sabes que podrás contar conmigo para lo que sea.

—Gracias Ginny, pensé que estarías molesta conmigo.

—Lo estuve... pero no quiero hablar de eso ahora.

La castaña bajo la mirada; sabía muy bien que Ginny había estado enojada cuando terminó la relación con su hermano. Era inevitable que ahora pensara que le había traicionado pero no fue así... tenía que contarle que no era plenamente feliz con Ron aunque esto le doliera, tenía que decirle que él no era el novio perfecto (al menos no para ella) y que se sentía libre lejos de él y lo más importante: Debía comentarle del origen de su hijo.

Algo dentro de sí le decía que no era el momento para hacerlo, además, no quería que todos lo supieran. Por el momento estaba bien con que Harry supiera la verdad... para todos los demás, algún día se inventaría una historia sencilla de recordar.

La pelirroja se retiró un momento de la plática que sostenía con su novio y su amiga y Hermione aprovechó para comentar algo privado con su casi hermano.

—Harry, ven... —Lo arrastró hacia la cocina y colocó un discreto hechizo silenciador.

Tal acto provocó la curiosidad de Snape quien seguía pensativo.

Asegurándose de no estar con nadie más dentro de la cocina, la chica comenzó con lo que debía decir.

—En San Mungo me ofrecieron algo muy interesante...

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Sé que no debería decirte porque eres el jefe de aurores y esto está mal... —suspiró. —Solo no se lo digas a Kingsley.

Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora