Decisión.

TEMBLAR

| Antes de empezar: ¡Feliz Navidad! Aquí está el tan esperando capítulo. Espero la hayan pasado hermoso, los quiero. Disfruten.|

| CAPÍTULO XIX Parte I |

La profesora Stuart la sorprendió con su visita. No mentía cuando le dijo que sería un placer ayudarla con su traslado a Ilvermorny; estaba enamorada de su "Alma Mater."

Era un sentimiento que podía comprender. Ella misma estaba orgullosa de su colegio, no cambiaría Hogwarts por nada.

—Aprenderás mucho sobre criaturas mágicas, va a encantarte...

Hermione le ofreció un poco de té pero ella lo rechazó. Café estaba bien.

"Americanos..." Pensó.

La mesa del estudio donde solía tomar clases particulares con Severus estaba repleto de pergaminos, todos contenían los planes de estudio, mapas curriculares, títulos de libros para cada asignatura... ¡Un sinfín de requisitos!

Estaba maravillada con tanto conocimiento, próximamente a su alcance...

Después de una lectura veloz, Hermione se aplastó en el asiento dejando salir un poco de aire y se cubrió el rostro con uno de los pergaminos con más especificaciones.

—¿Sucede algo?—Preguntó cruzando una pierna y tomando un sorbo de café.

—No.

¿Cómo le haría? ¿En que momento pensó que podría culminar sus estudios superiores con un niño de apenas un par de meses?

—Hermione...

—No es nada solo es que... ¿Usted tiene hijos?

—Claro, dos... uno de ellos tiene tu edad, el menor apenas tiene dieciocho.

—Entonces sabe lo que es ser una madre joven. No me mal entienda, amo a mi bebé... pero antes de él, yo creía que sería muy fácil.—Admitió.

La mayor sonrió.

—¡Es normal, querida!

—Es fácil para las chicas que cuentan con el apoyo de sus padres.

—Tienes a Severus...

La castaña la miró con un gesto sorpresivo. ¿En serio?

¿Qué le había contado exactamente el mago?

—Profesora, Severus y yo apenas iniciamos una relación... que al día de hoy me es difícil de creer posible. Evidentemente no tenemos un vínculo sólido.

El tema, sin lugar a dudas, incomodaba a la chica. Annelise decidió dar carpetazo a ello.

...

—Yo misma comenzaré con los trámites, enviaré una lechuza a la embajada mañana.

Ambas mujeres salieron del estudio charlando; apenas estaban en mayo... el curso comenzaba en septiembre. Entre más pronto tuviese resuelto lo de su educación mágica superior, más relajada estaría.

Hermione se cohibió al dirigirla a la chimenea. No podía dejar de pensar en lo hermosa que era la mujer que tenía en frente... usaba un vestido negro, propio de una bruja, que acentuaba sus caderas. Era obvio que lucía perfecta, era una mujer madura preciosa... su mente nunca le dejaría de recordar el mal rato qué pasó.

"Ya supéralo, Granger..." Se repetía.

—Muchísimas gracias profesora.—Le sonrió. Entre líneas iba impresa una disculpa por su comportamiento infantil...