CONSPIRACIÓN

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| CAPÍTULO XXI |

¿Severus tendría con quien hablar al respecto?

Sí. Sí que lo tenía. Lucius Malfoy era una compañía agradable pese a lo que todo mundo pensaba. Había sido un amigo oportunista en su etapa de Hogwarts, no obstante, él mismo se acercó en un principio por conveniencia... no le molestaba. Lo importante era que había surgido una amistad sincera entre ellos con el paso de los años.

Lucius tenía una inmensa ambición por obtener más poder del que ya tenía, expandir su riqueza y preservar su línea sanguínea. Sin embargo, su amor hacia su familia era genuino. Amaba a Narcissa desde que iban al colegio y juraba que la protegería a cualquier costo, al igual que a su hijo...

Severus lo había criado prácticamente. Por ello, sabía exactamente lo que no quería para Aedus. Su hijo no debía ser un malcriado arrogante... veía más del mismísimo James Potter en Draco que en el propio Harry.

Conseguía visitar a su amigo en Azkaban gracias a las influencias que podía mover, eso no era un problema.

—¿Entonces? ¿Qué pasará con Granger?

—...

No hubo respuesta.

—¿Me estás diciendo que escuché tu historia para nada? ¡Me haces perder mi valioso tiempo!

—No es como que tengas algo mejor que hacer...

—Escucharte es interesante, pero no es mi actividad favorita. Tus historias de amor son tragedias.

—Yo no tengo historias de amor...

—Toda tu vida es una maldita historia de amor...—Lucius rodó los ojos. —Sinceramente me tenías hasta las pelotas con la puta Lily Evans, me cagaba esa mustia estúpida.

No era un secreto que toda la casa Slytherin de aquella generación detestaba a Lily, se tenía el peor concepto de ella... concepto que no compartía el profesor Slughorn y por supuesto, el mismísimo Severus.

Snape sabía que no tenía caso rebatir los comentarios despectivos de Lucius con respecto a Lily, incluso la misma Narcissa la detestaba.

Estamos hablando de Narcissa, en ese entonces, Black. Quien, pese a los prejuicios de su familia, se caracterizaba por ser una dama distinguida y delicada. Cissy no ponía en su boca palabras altisonantes, no creía que fuese capaz, hasta que la escuchó insultar a la pelirroja y dejarla sin argumentos en una inminente discusión de brujas adolescentes.

—¿Qué hace que Hermione sea distinta?

—¿Quién dice que son distintas? Ambas son nacidas de muggles, sabelotodo cagonas, obstinadas... afortunadamente esa mocosa no es una pequeña zorrita como Evans, pero si me lo preguntas... encuentro mucha similitud entre ellas.

Severus levantó una ceja.

—No tienen ningún parecido, estar mucho tiempo aquí está afectando tu juicio.

—No lo voy a negar. Mi juicio estaba jodido desde que te sugerí formalizar con Granger. ¡No seas imbécil! Si no lo haces tú, alguien más lo hará. ¿Quieres que tu sangre sea custodiada por ese maldito perro?

No quería, eso ya había quedado bastante claro.

—¡Has algo con tu patética vida Severus! ¡Quédate con esa niña! Ella es lo suficientemente estúpida como para fijarse en ti... No se opondrá a hacer vida contigo.

—He tratado de pretenderla "formalmente" pero, aún tengo dudas... no creo que sea lo correcto.

—¿Por la edad?

Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora