COMPRENSIÓN

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| CAPÍTULO XX |

Sus manos se pusieron frías. Parpadeo por unos minutos tratando de comprender lo que la castaña decía.

En su lecho de muerte, creyó alucinar que su anteriormente amada Lily, había sido misericordiosa y amable con él. Que ya no le odiaba pues había salvado a su hijo... su alma estaba más tranquila. Siempre soñó con obtener el perdón de su mejor amiga, siempre soñó con expiar sus culpas y creía que únicamente sería posible si Lily le eximía de las mismas.

Se había sentido afortunado.

¿Quién regresa de la muerte? ¡Y encima para amar a una bella jovencita!

Creía que además del perdón de sus pecados... podía tener una recompensa, que su vida no sería tan miserable después de todo.

Pero las cosas no eran como parecían.

Lily jamás habló con él. Y había hecho del conocimiento de la chiquilla esa información tan íntima. Quizá se había enterado antes que el mismo Harry Potter y por su propia boca.

—¿Por qué?

—Fue un acto de egoísmo Severus...Yo creía que eras un hombre terrible y aún así, quería que vivieras... No pensé en las consecuencias... si sobrevivías, quizá irías a Azkaban. ¡Eso no me importaba!

—¿Por qué salvar a alguien como yo?

—Porque te amaba Severus, si morías, tu recuerdo iba a dolerme cada día.

—No sabías que era una buena persona y aun así...

—Siempre fui una persona lógica, Dumbledore confiaba en ti.

—Pero lo traicioné.

—Aparentemente... Harry me dijo lo que hiciste.

—Aparentemente, sí. ¿Cómo ibas a saberlo?

—No lo sé... simplemente actué.

Hermione recordó el momento, la angustia que sintió al verlo tendido y completamente solo. Harry se había marchado. Ron le insistía en que debían dejarlo tirado, no merecía más ni menos.

Su corazón se desbordaba... y una terrible desesperación le hizo correr hasta su cuerpo casi sin vida. Escuchaba a Ron cuestionar a gritos si se había vuelto loca...

Desesperada, buscaba detener la hemorragia, buscaba un antídoto y aunque sonaba estúpido, suministró en él todas sus reservas y utilizó hasta el último aliento conjurando hechizos.

Bezoars, lágrimas de Fénix... le dio de todo.

Le gritó a Ronald que hiciera algo o se largara y le dejara salvar la vida del profesor, él pelirrojo se marchó furioso, indispuesto a perder el tiempo en un traidor. Cuando se quedaron a solas, Severus comenzó a hablar... no se le entendía nada; su voz era casi un murmullo, pero ella lo acogió con amor y protección, propios de una persona que ama con locura a otra.

Acarició su cabello mientras le aseguraba que todo estaba perdonado, que le quería y que estarían bien.

Severus reflexionó que Lily, incluso después de la muerte, jamás sería así puesto que en su persona ya no había espacio para la bondad ni perdón.

—Ese día comprendí que no amabas a ninguna mujer porque tu corazón estaba ocupado...

—¿Aún piensas que la amo?

—Severus... creí que me asesinarías cuando supieras como sobreviviste... ¿y me preguntas si pienso que le amas?

—Me importan más tus sentimientos ahora que lo que haya sucedido en el pasado.

Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora