Textos

¿Me convienes?

Puede ser que tengas razón. Quizás no me convenías, quizás otro sea el que me haga feliz, pero no ahora. El que me hacía feliz eras tú. Tú me hacías feliz cuando me llamabas con motes cariñosos. Me hacías sentirme especial con tu forma de mirarme. Me hacías sentir mil mariposas en el estómago con solo un beso. Me hacías sentirme bien con un abrazo. Me hacías reír, ya fuese por los pegos que me decías o cuando nos manteníamos la mirada, sonreíamos y me salía la risa nerviosa. Puede que pienses que otro deba hacerme feliz, pero yo habría dado mi felicidad por la tuya, porque si tú eras feliz yo lo sería también. Porque es verdad, éramos polos opuestos, pero dicen que los polos opuestos se atraen. Vale, tienes razón, chocábamos mucho, pero dicen que no todo lo que choca se rompe, sino que a veces encaja. Y nosotros encajábamos, como tus labios y mis labios, como tus dedos alrededor de los míos, simplemente éramos tú y yo cuando estábamos juntos, no había más. Y tienes razón, no me convenías, me hacías demasiado feliz.