Ayato P.O.V.
Hacía frío.
Era una noche gélida, pero aun así mi grupo y otros ghouls escogidos por Tatara mirábamos desde los tejados a las calles desiertas, intentando visualizar alguna figura extraña, pero no vimos nada.Entonces escuchamos unos gritos cercanos, y después, silencio. Miré a mi alrededor y pude ver que los ghouls de clase baja no estaban por ninguna parte. Aunque, claro, la mayoría de ellos eran de clasificación C, los más débiles y los más fáciles de aniquilar.
Los ghouls que quedábamos decidimos separarnos, así tendríamos más oportunidades de capturar al causante de esos alaridos infernales que resonaban en la profundidad de la noche, indicando una muerte tras otra.
Olí algo cerca de mi, y me giré. Era una esencia agradable, y podía distinguir entre ella un suave toque a perfume.
Miré a la persona que tenía a mi lado. Esta me devolvió la mirada. Mi rostro estaba tapado por mi máscara de conejo, al igual que el suyo con su máscara de lobo. Su cabello largo y rosado era azotado al compás del viento.
"Black Rabbit" dijo una voz distorsionada por su máscara.
"Ōkami" le dije pronunciando su nombre con asco.
Después de un silencio sepulcral, decidí preguntarle lo que todos queríamos saber:
"Dime, ¿por qué mataste a esos hombres?" Se quedó callada, pensando en lo que iba a decir, como si no tuviese un motivo en concreto.
"No lo sé." Se limitó a responder, como si fuese un tema poco interesante del que hablar.
Mocosa ignorante...
Active mi kagune ukaku y me dispuse a combatir contra ella. Lo que me sorprendió bastante era que ella no activó el suyo. Seguía igual de tranquila, mirándome fijamente.
"No entiendo a los mocosos como tú. ¿Por qué quieres matar a aquellos que están luchando por la libertad de los ghouls?"
"Imbécil. ¿Tú a esto le llamas libertad?"alargó sus brazos, dramatizando su acto, haciendo que mirase a mis alrededores. "¡¿Ser un asesino es ser libre?! ¡¿Matar sin piedad a gente inocente sin la necesidad de comer es ser un ghoul?! Si eso quiere decir ser un ghoul... ¡YO NO QUIERO SER UNO!"
Ya había tenido suficiente. La empecé a disparar pero lamentablemente ella esquivaba todos mis ataques.
Poco a poco se iba acercando a mí, y para cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. En un ágil movimiento, se posicionó a mi lado y me susurró al oído:
"Un consejo: 'Al lobo no hay que hacerle enojar, porque luego el que sufre las consecuencias es la pobre e inocente liebre' " y, diciendo esas últimas palabras, saltó y desapareció, junto a todas las vidas que había robado esa noche.(AL DÍA SIGUIENTE)
Estaba recostado en la silla transparente que habia en mi cuarto, pensando en la asesina de la noche anterior. Su olor me resultaba familiar, como si me hubiese topado con él hace poco. Aún así, no pude ubicarlo. Era como si lo hubiese olido en un momento fugaz, escapando de alguien, o en una cacería. También tenía un olor peculiar. Me estrujaba la cabeza para intentar sacar un poco más de información, pero nada.
El sonido de la campana me sacó de mis pensamientos. Era hora de ver a las víctimas. Sinceramente, no me apetecía. La desidia se iba apoderando de mi cuerpo, y mis ojos se cerraron.
¿Por qué debería de mostrar mis respetos hacia ghouls que han muerto? Si no quieren volverse más fuertes por aquellos que les importan... no se merecen ser parte de Aogiri. Luchamos por la libertad, por lo mal que nos han tratado los humanos todo este tiempo.
"¿Tú a esto le llamas libertad? ¡¿Ser un asesino es ser libre?! ¡YO NO QUIERO SER UN GHOUL!"
Esas palabras me hicieron abrir los ojos de golpe. Todo este tiempo creía que estábamos luchando por nuestra libertad, pero, ¿es posible que simplemente estuviésemos empeorando todo?
Rechacé la idea al instante. Para ser libre hay que empezar guerras, hay que matar a aquellos que te impiden vivir tu vida. Hay que matar al enemigo para proteger a tus seres queridos... y eso nunca cambiará.
Leiko P.O.V.
Ayer tuve una noche bastante agitada. Llegué a casa tarde, y luego me desperté a las cuatro de la mañana por el hambre. Estuve dos horas sin poder volver a dormirme, y cuando por fin pude cerrar los ojos, el dolor de mi estómago me hizo revolcarme por el suelo. Aún así, decidí aventurarme por las calles desiertas un sábado a las siete de la mañana. Fui hasta el distrito 20, y entré en una cafetería que me había recomendado mi mejor amiga Touka.
Al entrar, me di cuenta de que no había desayunado, así que pedí un café. Eso sació mi hambre por un rato, pero no me llenó el estómago. A pesar de eso, no pedí nada más ya que no tenía dinero. Suspiré.
¿Qué va a ser de mi vida ahora?
Esa clase de pensamientos me invadieron la mente.
Debería de buscar un trabajo. Si sigo así, seguramente moriré dentro de poco.
"¡Leiko!" Esa voz me hizo volver a la realidad. "¿Qué haces por aquí?" Touka dejó su bandeja en la mesa y se sentó en frente de mí.
Sonreí calidamente. Touka era mi mejor amiga, y estaba completamente segura de que nuestra amistad sería para siempre. Nos gustaban las mismas cosas, pero discrepábamos en otras. Las dos éramos personas que luchábamos por aquellos a los que queríamos, que llegaríamos a dar nuestra propia vida si era necesario para salvar a un alma inocente. Nuestra única diferencia era que yo era una persona que deseaba venganza. Mi amiga era capaz de perdonar, pero yo guardaba mucho rencor en mi interior.
"Oye Leiko, ¿estás segura de que no quieres trabajar aquí?" Negué rotundamente.
"Touka, ya te lo he dicho. No merezco ser parte de la gran familia de Anteiku"
"¿Por qué? ¿Por tu secreto?" Un silencio agobiante se apoderó de nosotras. Intenté decir algo, pero las palabras no salían. Claro que era por mi secreto. Era todo culpa de la decisión que decidí tomar esa noche. Asentí levemente. "Oye, tranquila. Ya he hablado con el gerente, y dice que todo está bien. Comprende tus razones. Tampoco importa, no afecta a la paz de este distrito..." me miró con pena reflejada en sus magníficos ojos morados.
"He dicho que no. ¿Y si atacan a Anteiku por mi culpa?" ella dirigió su mirada hacia la barra. Todos charlaban mientras lavaban los vasos o limpiaban la encimera. Volvió a dirigirse a mi. Sé que en ese instante se imaginó la barra vacía.
"Vale. Pero prométeme una cosa; si algún día te sientes acorralada o te hacen algo, no dudes en venir aquí. Recuérdalo, es muy importante" le sonreí y me dirigí hacia la salida. Mi decisión no iba a cambiar. Cuando estaba a punto de girar el picaporte, escuché la voz de Touka una vez más. "Yo haría lo mismo que tú si estuviese en tu lugar" esas palabras me dejaron en shock. La miré incrédula. No sé lo que me pasó, pero estoy segura de que no me esperaba que alguien me entendiese. La sonreí por última vez, una sonrisa llena de felicidad, antes de salir del café y dirigirme hacia la cruda realidad, las frías calles que me esperaban llenas de peligro. Una vida con miedo, eso era lo que vivía.
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Único en su clase (TOKYO GHOUL) {AYATO KIRISHIMA X TÚ}
FanficUna asesina ghoul está matando a los soldados de Aogiri. Nadie sabe porque lo hace, ya que se supone que son de su misma especie. Lo extraño es, que tampoco está del lado de los humanos. Entonces, Ayato Kirishima es encomendado la tarea de encontrar...