19.Muerte en vano.

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Y todo lo que hago lo hago por ti.

—¡ME LO VAS A EXPLICAR AHORA!.

Draco se limitaba a sólo mirar el suelo sin pensar en nada, sin decir nada.

—Ya se lo eh dicho mi Lord. Eh sido yo, sólo yo y nadie más.

—¡MIENTES!- Teodore, el otro mortifago se levantó del suelo ansioso.- ¡Eh sido yo!.

—¡PAR DE IMBÉCILES!.

Voldemort se paseó frente a ellos, el par de mortifagos parecían estar dispuestos a asumir la culpa por haber liberado al prisionero.

—Yo fui mi Lord...

—¿PORQUE LO HAN ECHO?.

Se miraron, ninguno de los dos parecía saber la razón.

—¿PORQUE?.—volvió a gritar, ahora ya mas enojado.

Y Draco seguía callado, el sabía perfectamente lo que pasaría a continuación y aunque dentro de el la culpa lo carcomía luchaba contra ese sentimiento para no decir nada, para no pensar en nada.

Narcissa apretó fuertemente su mano y por un momento se sintió seguro.

—¡IDIOTAS!, ¡AVADA KEDABRA!.

Y el primer mortifago cayó estático, se había ido, una punzada atravesó como flecha el pecho de Draco porque había sido su culpa.

—¡AVADA KEDABRA!.

Y su corazón se detuvo por un momento, se quedo sin aliento pero no podía hacer o decir algo, incluso ni siquiera dentro de su mente estaba a salvo.

Voldemort miro a su alrededor, parecía enojado, preocupado, alterado, detuvo la mirada en el, Draco sentía sus pies tan pesados que agradeció el haber estado en el primer piso o de lo contrario lo habría roto.

Pero no pensaba en nada.

Y voldemort siguió su camino desapareciendo de entre todos dejando en medio de aquel salón los dos cuerpos inertes de dos mortifagos que por primera vez no eran culpables de nada.

Y en cuanto estuvo fuera de peligro se permitió respirar con más libertad, la sangre ya no corría tan rápido y todo alrededor le daba vueltas, soltó la mano de su madre y camino hacia aquellos cuerpos.

Sus ojos estaban abiertos mirándolo como si sólo aquello pudiera des enmascararlo, se agachó y los cerró, no quería que algo así volviera a pasar, no quería que la sangre de más personas corriera por sus manos, pero para que todo eso pasará tenía que sacrificar más vidas e incluso tal vez la suya.

Su madre se agachó a un costado, los dos miraban los cuerpos inertes y fríos del suelo.

—Eran buenos hombres—dijo.

Draco parecía no entender nunca a su madre, aquellos hombres eran todo menos buenos, habían matado, habían torturado, habían echo más cosas malas en un día de lo que cualquiera podría,se merecían la muerte y más.

Pero ella sin duda lo que les contaba era sólo sus buenas actitudes, porque todos tenemos amor en el alma, aunque ya esté contaminado, aunque no queramos mostrarlo, por que hasta el peor de los hombres siente amor.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora