Jamás me hubiera interesado alguien como tú. Tan perfecta, tan hermosa, tan prohibida.
Todo, absolutamente todo en esta vida es impredecible, un día estás mirando el atardecer y al otro te estás quemando con el frío de la noche.
No hay manera de saber lo que pasará con nosotros en el futuro. Todo es tan irracional e incoherente que prefiero hacer caso omiso a las desconsideradas formas de la vida.
Porque las disyuntivas de nuestro destino siempre son para confundirnos.
—¡Miren!
Hermione estaba apuntando a donde antes estaba un monumento a los caídos. Al dejarlo atrás, se había transformado. En lugar de un obelisco cubierto de nombres, había una estatua con cuatro personas: un hombre con gafas y cabello desaliñado, una mujer con largo cabello y un rostro bello y amable, y dos bebés. Había un poco de nieve sobre sus cabezas de forma que parecían gorros blancos.
Harry se acercó un poco más para observar la estatua de sus padres. Y yo me quede detrás, con Hermione a mi lado, sorprendida.
Era extraño verme representada en una estatua, sobretodo siendo tan pequeña y recordando tan poco, aquellas personas eran desconocidas para mí y aunque el bebé que permanecía frío y hecho piedra a mi lado era Harry, también me parecía desconocido.
—Ojalá siguiéramos así de felices.
Dije sin pensar.
Pero ninguno de los dos me respondió.
—Vamos —dijo Harry, una vez que había observado lo suficiente.
Nos dimos la vuelta rumbo a la iglesia, y cuando cruzamos la calle vi que Harry miraba hacia atrás, seguí su mirada y me di cuenta de que el monumento había pasado a ser como en el principio.
Los cantos se hacían más fuertes a medida que nos aproximábamos a la iglesia. Me recordaba mucho a Hogwarts, a Peeves cantando groseras versiones de villancicos dentro de las armaduras, a los doce árboles de navidad dentro del Comedor, a Dumbledore usando una gorra que había ganado en un trueque, a Ron con un suéter tejido a mano... A Ron.
Hermione empujó la reja de la entrada del cementerio tratando de ser lo más silenciosa posible y entramos.
A ambos lados del resbaladizo camino, la nieve permanecía profunda y sin señales de haber sido pisada en un buen tiempo.
Caminamos alrededor de la iglesia, rodeándola por las partes oscuras, los lugares donde no llegaba la luz de las ventanas, pero frente a nosotros, se podían ver los reflejos de colores que causaba la luz al pasar por los vitrales de colores de aquellas.
Harry camino con cuidado por las hileras de tumbas y se acercó a una en especial.
—¡Mira esto, es un Abbot, puede ser algún pariente lejano de Hannah!
—Baja el volumen de tu voz — le rogó Hermione.Caminamos más dentro del cementerio, dejando huellas oscuras en la nieve detrás de nosotros, parándonos a mirar de cerca las palabras sobre las viejas tumbas, cada vez escudriñando en la oscuridad para asegurarnos de que estábamos completamente solos.
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Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]
Fanfic"Cuando dos caminos se separan, deseando no hacerlo." °Segundo libro de: "Obligada".° #621 en "de todo" [14/Sep./16]. #807 en "De todo" [20/Sep./16]