Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]

48.Temperamento Weasley.

Aveces me gustaba meditar lo bueno de mi vida, aunque últimamente no tardo mucho, pues lo único bueno eres tú.

Theo siempre había sido callado, su mirada vagaba en todo, era metódico, reservado y simple, pero dentro de él siempre pensé que había un archivero de observaciones, claro que se divertía, no era extraño que saliera de el una sonrisa o que dijera algún chiste, lo extraño hubiera sido que no lo hiciera pero cuando Theo guardaba silencio no era porque si.

Baje rápido las escaleras de la gran mansión, Blaise corría detrás de mi, los dos vislumbrados por lo que mi madre apenas hace unos segundos nos había dicho.

"Theodore esta abajo"

Theo no era nuestro mejor amigo, pero de todos los demás el era el más cercano, Theo no tenía muchos amigos, pero podía estar conversando con cualquiera, sobre todo cuando estaba con nosotros, su forma de ser le ayudaba demasiado, así como su apariencia, la pregunta ahora era; ¿a que había venido?.

—¡Theodore!— Blaise apresuró su paso y corrió hacia el abrazándolo, ignorándome por completo.

Theo se quedó quieto sin impedir el abrazo pero tampoco correspondiéndolo.

—Theo— salude con una sonrisa.

—Hola chicos.

Theo sonrió y se sentó en la silla del comedor.

—¿Que te trae por aquí?.— pregunto Blaise, me sentí algo así como en una reunión feliz, como si fuera de aquí no se estuviera librando una guerra.

—Mis padres han venido a una reunión.

—¿Reunión?.

¿Una reunión sin nosotros?, ¿porque nos habrían excluido?.

—Tranquilo Draco— Theo sonrió.— No la convocó el señor tenebroso.

Respire profundo.

—Menos mal— dijo Blaise— creí que nos habían excluido para después deshacerse de nosotros.

—¿Porque lo harían?.— pregunto Theo.

—La pregunta aquí sería, querido amigo, ¿que quieres?.

*________*

—Ron...

—No se preocupen por mi, no quiero arruinarles su fiesta.

Harry nos miró perplejo, era extraño para nosotros que de un momento a otro Ron pensara de esta manera.

—¿Que te pasa?— pregunto Harry.

—¿Que me pasa?, no me pasa nada.— respondió Ron aún mirando sobre el— no, según tú.

Se escucharon pequeños golpeteos sobre la tienda, estaba comenzando a llover.

— Es obvio que te pasa algo— le dije— suéltalo ya, ¿quieres?.

Ron se sentó en la cama con una expresión de desagrado, nada propia de el.