Abril estaba enferma, su madre le advirtió que no saliera de casa, además le aclaró de que ella a sus dieciséis años podía cuidarse. Era hora de beber su medicina, la buscó por todos lados y no la encontró, llamó a su madre quien le dijo que no la había sacado de su bolso así que Esmeralda iba a llevarle las pastillas.
Abril estaba nerviosa esperando a Esmeralda, aunque sabía que iba a quedarse en la puerta, no iba a entrar.
***
Cuando llamaron a la puerta sabía que era la chica de minifalda, le sonrió e invitó a que pasara. Esmeralda miró a todos lados curiosa hasta que su mirada se encontró nuevamente con la de Abril.
Le dijo que se sentara, ella le entregó el medicamento, a cambio le pidió algo de beber. Ambas estaban sentadas, sin tener que hablar hasta que Abril observó que tenía un tatuaje en su mano, sobresalía de su chaqueta, se miraba como la ala de un pájaro.
— Lindo tatuaje, aunque no sé que es, pero el color se ve bien.
— Gracias, es un águila. —sonrió quitándose la chaqueta para mostrarselo. Tenía todo su plumaje, luego la cola que era la que sobresalía, tenía en la parte de arriba la cabeza del ave rapaz.
— Guau, es hermoso. —acarició el brazo ajeno donde estaba la zona del tatuaje.
Esmeralda le miró con una sonrisa.
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Un cigarro de merienda
Short StoryAbril un día común y corriente se encontró con unas piernas esbeltas que llamaron su atención, eran pertenecientes a una veinteañera con minifalda que todos los días a las 4:00 PM toma la merienda de un cigarrillo en las afueras del edificio en el q...