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Estaba en una cafetería lamentándose por el amor que le había consumido su juventud, había estudiado y trabajado para no depender de su madre, para buscar a la chica que tanto amaba y que ahora estaba acostándose con otro. Un suspiro exhaló para luego darle un sorbo a su capuchino frío.

— ¿Abril? —preguntó incrédula frente a ella

Abril volvió a ver y su rostro cambió drásticamente, era Carla

— Carla, este realmente es un milagro. —exclamó sorprendida

— Sí, vine con mi futuro esposo a beber un café

— ¿Futuro esposo? —abrió de manera exagerada los ojos

Un rostro conocido le sonrió a Abril, era Santiago el prometido de Carla. No podía creer tal cosa, nunca se le pasó por la cabeza.

Alardeaban de su futuro matrimonio, Abril se desligó de ellos cuando Carla empezó a preguntar sobre Esmeralda y sobre su vida. 

Un cigarro de meriendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora