39

12 1 0
                                    


Los años habían pasado, Abril había aceptado ir a la universidad para alejarse de su madre y padre, también de la ciudad.

Se había convertido en gerente de una marca de ropa conocida, aunque estaba atareada buscando a una asistente; mientras estaba en su oficina hojeaba hojas de aspirantes al puesto, un nombre le pareció familiar: Esmeralda. Ni siquiera leyó el resto del nombre, solo estaba buscando una fotografía que le dijera que era ella, pero cuando la encontró se llevó la desilusión de tener frente a sus ojos a una persona distinta.

Ella no era la encargada de contratar, pero quería estar consciente de las posibles personas que podían laborar con ella.

Se fue a quejar con la encargada de contratación, le preguntó si había recibido más hojas de futuros o futuras trabajadores. Le entregó una sola hoja, donde estaban los datos de una mujer, su fotografía estaba en la hoja, su pecho sintió una emoción inigualable.

Nunca creyó que Esmeralda estuviera buscando trabajo, esa hoja era valiosa. El número que indicaba marcó, estaba impaciente por el sonido de espera hasta que escucho su voz.

— ¿Hola? —tímida preguntó

— Hola, es con respecto a su hoja de aspirante al puesto de asistente. La espero acá, mañana a las siete.

— Muchas gracias, ahí estaré.

Una sonrisa invadía el rostro de Abril, estaba alucinando sobre las formas en las que ella iba a reaccionar.   

Un cigarro de meriendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora