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— ¿Por qué no puedo visitarte? —preguntó haciendo un leve puchero

— Creo que tu madre pensaría mal, sabes que siempre tenemos que pedir permiso.

— No haremos nada malo, sabes que no.

— Bien, este fin de semana. Pide permiso a tu madre.

Abril nunca había visitado a Esmeralda, siempre tenía curiosidad hasta cierto punto porque pensaba que tenía algo oculto.   

Un cigarro de meriendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora