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Su madre tenía que ir a visitar a la abuela, decidió llevar a su padre con ella. Solo era un fin de semana, dijeron que podía quedarse sola, Abril pensaba que iba a ser aburrido porque no podía invitar a Carla y las otras chicas eran demasiado molestas, no habían buenas conversaciones.

Su padres se fueron, se despidió de ambos con un beso. Sintió un silencio inmenso y se puso a ver la televisión para escuchar una voz que no fuera la de ella, luego de unos minutos llamaron a la puerta, pensó que eran sus padres que habían olvidado algo aunque se encontró con Esmeralda. Abril se lanzó a ella abrazándola, Esmeralda rió.

— Tu madre me había dicho del viaje, me preocupé al saber que ibas a estar sola

— Vaya, tú te preocupas. —rió suavemente

Hablaron por un largo rato, escucharon algunas canciones, comieron snacks y bebieron sodas hasta que la noche concluyó en besos y caricias.

Estaban acostadas en un sofá, Abril estaba sobre Esmeralda, quien acariciaba su cabello. Le preguntó si se iba a quedar, ambas fueron a la cama aunque no durmieron sino que se quedaron hablando, otros momentos besándose. 

Un cigarro de meriendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora