El aire no puede llegar bien a mis pulmones, todo parece tornarse borroso. ¡Ellos la tienen, Daryl y Carl se la llevaron, porque te importa, saben en dónde dañarte, debes enfrentarlos! Paula exclama con fuerza en mi oído, niego con la cabeza una y otra vez.
—Morirá más gente—es la único que respondo en voz baja.
La base del norte, a pesar de no ser tan grande como el santuario, nos brinda la seguridad para cada una de todas las personas—que quedaron— con vida, después del ataque.
—Se llevaron a Bea, estoy seguro—comenta nuevamente Dwight—; no estaba Daryl ni Carl, ¡se la llevaron, Negan!
—¡Lo sé! —lo interrumpo y me giro a verle, ambos nos encontrábamos fuera de la base; viendo cómo algunos se dedicaban a curar a los heridos, sin embargo, todos estaban en su mundo. Y ni siquiera nos prestaban atención— ¡me pones los nervios de punta, estoy al límite Dwight, quiero que ella esté aquí, ¿viste como mataron a nuestra gente sin más?! Está con unos monstruos.
—Sabemos donde está Alexandria ¿qué más necesitamos?
—Ventaja, necesitamos ventaja. Ellos tienen a Bea, ¿qué tenemos nosotros de ellos?
Recargando mis codos en una mesa que se encontraba en los exteriores, me giro a ver a Dwight;
—Hilltop—susurra—Ellos tenían un trato con esa maldita comunidad ¿no? Eso dijo Daryl, tenemos mucha ventaja.Sonrío, y asiento.
—Vayamos a Alexandria—ordenó, haciéndoles una seña aún grupo de búsqueda, ellos se acercan con prisa hacia mí para después arrodillarse ante mi, recargando a Lucille en mi hombro, sonrío un poco—; Si ven algo inusual no duden en matarlos, pero, déjenme a Daryl, él es mío.
—¡Si señor!
Hoy, derramaremos sangre. Es turno que conozcan a los salvadores.