Con arrogancia observe a Dwight que se postraba enfrente mío, pero algo había cambiado en él. Ya no temblaba o lloriqueaba de miedo; se veía más fuerte.
—¿Quieres decir algo?—cuestione colocándome de cuclillas, este de una manera brusca y desafiante, alza la mirada.
—Quiero que dejes a mi esposa en paz—pide en voz alta, soltando un risa niego con la cabeza.
—Ahora, Tú y ella trabajan para mí. Este mundo ahora me pertenece y yo lo amoldó como me de mi gusto. —demande con fuerza en mis palabras. Tomándolo del cuello con brusquedad, obligó a que me mire fijamente a los ojos.
¡Debes matarlo, ella no está, no tiene porque enterarse! Es ahora o nunca. No seas marica, tú puedes Negan. ¡Demuéstrale quién es él que manda!
Apretando los dientes, divisé a Teddy que se mantenía apretando de esas estúpidas trompetas, Kitty por su parte se mantenía riendo mientras que niega con la cabeza.
—¡No lo hagas, Negan!—exclama 105 mientras se arrodilla a un lado de rubio—; ¡no dejes que ellos ganen!
Mi mandíbula comienza a temblar, y los ojos azules del rubio no ayudaban en nada. Negué con la cabeza mientras que comencé ejercer fuerza en el cuello del rubio.
—¡Déjale! —grita a todo pulmón Bea mientras que suelta las botellas de agua derramando el líquido de ellas. Esta de una manera suplicante, se arrodilla a lado de su esposo; mientras que llora. —¡Mírame a los ojos, Negan!
—Hazle caso.—pide 105 mientras que las lágrimas de sangre resbalan por sus ojos negros—; ¡Negan!
Y así como mi amiga me lo pide, veo los ojos de la rubia, sus pupilas se mantienen dilatas por el llanto, pero no despega su mirada de la mía. ¿Qué haces marica? Me congelo por un segundo al notar, la gravedad de aquella voz.
Juega al ahorcado con él, arráncale sus extremidades, córtale el cuello de lado a lado; ayúdalo a que no viva en este infierno de mundo. Mata a la rubia, pero, antes de ello, violala, destroza su coño una y otra vez a tal grado que sangre. ¡Te lo ordeno, marica!
BlurryFace.
Con miedo, analice cada punto de la habitación. Hasta que finalmente mi mirada se detuvo en Bea, su rostro, su cara estaba borrosa.
¡Ella no podrá salvarte nunca, debes matarla, ahora, ahora!
Regresando mi vista a Dwight, este de igual forma, tenía cara borrosa. Todo a mi alrededor comenzaba a parecer borroso, aquel viejo local comienza a desmoronarse una vez más.
—¡Tú puedes, Negan, Negan!—grita a todo pulmón 105, acunando mi rostro.
—Negan, Negan—mi nombre vuelve a tener sentido, Bea es la que está acunando mi rostro. Todo a mi alrededor vuelve a tener un poco de sentido, a excepción de que Dwight, aún tiene una sucia cara borrosa.
Zafándome de una manera brusca de su agarre. Y acercándome al rubio, —que aún no lo puedo ver el rostro—; hable.
—Yo controlo este mundo ¡y me debes obedecer! —exclamé.
Buen chico, Negan.