32. Neynik... ¿problemas?

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El frágil cuerpo bajo sus brazos descansaba plácidamente junto a él en la cama, Suho había pasado todo el tiempo junto a su pareja, los días y las noches habían pasado tan rápido que parecían minutos para él. Desde que se enteró del estado de su pareja no se había despegado de él, sumándole el impulso de sobreprotección que lo había albergaba.

Con cuidado se levantó de la cama dejando a su pareja descansar un rato más, se dirigió al baño pensando en lo acontecido de la última semana. No solo estaba el hecho del apareamiento y de la semana de celo que pasaron lobos y vampiros, si no que aquella semana habían llegado a él los recuerdos de su vida pasada. Sin duda alguna no habían terminado con el hechicero, de otra forma no habrían reencarnado. Su trabajo aún no había terminado. Debía encontrar a los demás lo más pronto posible.

Suho se sobresaltó cuando sintió unas manos cubrir sus pectorales en un abrazo. Su espalda chocaba con la piel de su pareja. —Por qué no me despertaste. —Le reclamó Lay. —Quería que descansaran un poco más. —Fue su respuesta. —Tú y el bebé son lo más importante ahora. —Afirmó Suho dándose la vuelta para encarar a su pareja, acercándose a sus labios para depositar un dulce beso.

Las gotas del agua que caían por la ducha junto al vapor que se iba acumulando en el baño fueron lo único que rodeaba a la joven pareja. —Terminemos de bañarnos para ir al gran salón. —Suho empezó a enjabonar a su pareja pero esta no se movía. Lay levantó la vista y preguntó. —¿En qué estabas pensando tan ensimismado como para no darte cuenta de mi presencia?. Definitivamente a su pareja no se le pasaba nada. Lo conocía muy bien, no queriendo preocuparlo decidió desviar el tema. —Solo en la semana en la que e estado muy, pero muy dentro de ti. —Suho supo enseguida que fue misión fallida cuando Lay lo reprendió. —¡No mientas! Esas son puras patrañas. O me dices la verdad Suho o no habrá sexo en un mes. —Amenazó el pequeño. Suho levantó las manos en señal de rendición. Completamente perdido empezó a hablar. —Solo trataba de encajar algunas piezas. Lo que pasó, lo que está pasando, incluso lo que pasará con nosotros. —¿Qué viste? —Cuestionó Lay asustado, con ironía Suho soltó una sonrisa amarga.

—Vi mi felicidad, mi desdicha, mi tristeza y mi muerte. —Qué ironía pensó. —Recuerdos viajaron hacia mi mente Lay. La batalla que lidiamos, la victoria que creímos, el engaño y muerte que no vimos... ¿Lo recuerdas?—Ahora era Suho el que preguntaba. —Creí que era solo una pesadilla. —Afirmó Lay. —Yo... tuve miedo. Mucho miedo al no encontrarte y después todo se puso negro. Ya habíamos muerto ¿verdad?. —¡Oh!, su joven pareja aún seguía siendo igual. —Parece que no cambiamos y tampoco nuestros corazones. —Tomó en sus brazos a su pareja para que pudiera relajarse, aquella tensión le hacía mal a Lay y su bebé. —No tienes de qué preocuparte, estos son otros tiempos, además no estamos solos ¿recuerdas?, Tienes una pequeña personita creciendo dentro de ti, por ahora solo debemos encontramos con nuestros hermanos, el resto ya lo resolveremos junto. —Afirmó tratando de darle conforte.

—¡Olvidalo! —Afirmó Suho haciendo sobresaltar a Lay. —Sé que le estas dando vueltas al asunto, ¡olvídalo! —Besó a su pareja en los labios esta vez no era nada casto y profundizó el beso explorando la cavidad bucal de Lay. —Eso está mejor. —Sonrió Suho al ver que su el menor se relajaba, se bañaron juntos y se alistaron.

De camino al gran salón Suho se extrañó de la cantidad de alumnado femenino en el internado, sabiendo que el internado era solo para varones y donceles. Tomó a su pareja entrelazando sus manos y se abrió paso entre el tumulto.

¡Suho Oppa!. —Escuchó que alguien lo llamaba. No. —Se dijo, eso era imposible. —¡SUHO OPPA!. —Esta vez se escuchó más fuerte. Lay se detuvo seguido de Suho quien empezó a buscar con la mirada a la persona que lo llamaba con insistencia. —Suho... oppa. —Llegó corriendo una chica que por el cansancio apoyó sus manos en sus rodillas, muy simpática según Lay además del buen porte y cuerpo que tenía. —¿Que tendrá con Suho?. Se preguntaba. Cuando la chica levantó la cabeza, Suho se sorprendió. —¡Neynik!. —Se sorprendió al ver que era su gran amiga de la infancia. —Oppa —Respondió ella, abalanzándose sobre su mejor amigo depositando un beso rápido en su mejilla cerca de tocar sus labios. —¿Cómo has estado?. —Empezó aquella conversación ignorando aquel saludo que casi le roba un beso. Suho sabía que no lo hizo a propósito, Neynik era como su dulce hermana y la verdad ya habían pasado meses desde la última vez que la vio. —Eso debería preguntar yo Oppa, solo desapareciste te fuiste sin más, sin decirme siquiera adiós. —Aquella voz melosa característica de Neynik no había cambiado en nada. —Lo siento. —Trató de disculparse Suho. —Surgieron algunos asuntos y tuve que salir de la ciudad. —Recordaba perfectamente que después de desaparecer de la vida de Neynik encontró a Lay, su pareja.

♣ EL PRESAGIO & AKAMY - EXO ♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora