Veinticuatro Horas

Seis Horas.

-Esta es mi casa- me informa Milagros.

-¿Y qué hacemos acá?- pregunto mirando la humilde casa.

-Vamos a bailar con mi familia- sonríe y me jala por el brazo hacia la puerta, saca un pequeño manojo de llaves de su bolsillo y la abre- te va a encantar.

Al entrar me quedo mirando a los veinte adultos que están bailando salsa en el comedor. Todos visten prendas abrigadas y coloridas. Cuando uno de ellos me ve, se acerca sonriendo y me palmea la espalda con un poco de fuerza.

-¿Vos sos uno de los amigos de Mili?- me pregunta y Milagros asiente con la cabeza rápidamente- entonces unite a la fiesta- me guiña un ojo y me empuja hacia la pista de baile.

-Yo no bailo.

-Claro y yo tengo quince años- dice con notable ironía el hombre. Volteo la cabeza buscando a Milagros en el gentío y la veo reírse junto a unos niños parecidos a ella- yo soy el papá de Mili.

-Steven.

-¡Vamos a bailar, chico!- exclama una niña y me agarra de las manos.

Genial. Milagros me dejó a mi suerte con su chiflada familia. ¿Qué esperaba de alguien así?

Bailo con la niña unas cuatro canciones tratando de no romper su ilusión de bailar con alguien, hasta que pasan una canción lenta y reaparece Milagros haciendo a un lado a quien supongo que es su prima o su hermana.

-Perdón, Pili. Te lo robo un rato.

La niña hace un pequeño berrinche y se aleja con las mejillas infladas y los puños apretados.

-Gracias- susurro dejando de bailar.

-Todavía no me agradezcas, que ella ya no baile con vos no significa que vas a dejar de bailar- se ríe y pone mis manos en su cintura mientras que apoya las suyas en mis hombros obligándome a moverme suavemente de un lado al otro.

-¿Por qué me trajiste acá?- le vuelvo a preguntar, pero esta vez en voz baja.

-Porque quería verte bailar- se encoje de hombros aparentando indiferencia- no bailas mal. Apostaría a que te divertiste bailando con Pilar.

-Es igual de charlatana que vos.

-Ya sé- me mira unos instantes y suspira- tiene once años y anda buscando el amor verdadero. Apenas te vio se imaginó a ella misma con un montón de hijitos con tu cara. Te lo aseguro.

-Eso da miedo- digo riendo levemente.

-Si, pero te hizo reír, así que valió la pena contártelo.

-Como sea- susurro- ya va a encontrar a alguien.

-¿Quién sabe si ese alguien no sos vos?

-Tiene once y yo dieciocho.

-Tal vez sos el amor de la vida de alguno de mis familiares. Mi mamá quedó embobada con tu apariencia y mi papá te quiere arrancar la cabeza por eso. Pili está tratando de sacarme telepáticamente de acá así vuelve a bailar con vos y mi abuela se debe estar imaginando en sus años de juventud junto a vos. Llamás mucho la atención.

-Eso no es verdad.

-Te apuesto que sí.

-¿Y por eso decidiste hablarme en el teatro en vez de llamar a la policía?- levanto una ceja- ¿Y por eso me mostraste la naturaleza y esa historia que escribió tu padre? ¿Por eso me trajiste acá? ¿Porque te llamé la atención?- levanto una ceja y espero durante unos minutos su respuesta.

-Sí.

-Supongo que ahora sí te tengo que agradecer- sonrío un poco y la hago girar sobre sus pies.

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¿Qué cuentan mis hermosos soles?

Ando algo atareada, así que esto va a ser rapidito.

¿Qué piensan de la familia de Milagros? ¿Creen que Steven es el amor de toda la vida de alguno de los personajes mencionados?

Perdón por no actualizar ayer. Fue por un buen motivo. Pasé toda la mañana con unas niñas en una capilla cerca de Villa Cárcova, tocamos canciones en la guitarra, bailamos, reímos, hicimos de todo un poco. Me la pasé realmente bien. Cuando volví estaba muerta y me quedé viendo tele así que bueh. Actualizo hoy para alegrarles este lunes ;)

Este capítulo se lo dedico a todas esas hermosas pequeñas que visité ayer. Son un amor.

(Ya quiero volver a verlas)

Eso es todo por hoy!!

Gracias por todo!!

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Los amodoro!!

Bye, bye!