Veinticuatro Horas

Diecisiete Horas.

Milagros.

¿Cómo una persona puede estar tan lastimada? ¿Cómo una persona puede sufrir tanto y no recibir ayuda? ¿Tan cegada está la sociedad de hoy en día que el sufrido es ignorado? Steven ahora está acostado en mi cama. Me pidió que lo dejara sólo durante un rato, dijo que quería descansar. Sé que está llorando. Eso no lo puedo ignorar. ¿Quién podría hacerlo?

Estoy frente a la puerta de mi habitación. No sé si entrar y consolar a Steven o dejarlo sólo cerca de mis tijeras y adornos de vidrio. Tengo miedo de que se deje llevar por su tristeza y cometa alguna locura.

Siento la necesidad de cuidarlo en todo momento, siento la necesidad de estar a su lado y no dejarlo nunca.

Abro la puerta.

-Steven- digo con una exclamación ahogada. Está sentado en el piso, con el rostro húmedo y el cuerpo encorvado. Cierro la puerta detrás de mí y corro hacia él - Steven- repito.

-Perdón, no quería que me vieras así.

-No me importa verte así. Todos alguna vez nos sentimos así.

-Milagros, ¿me abrazarías?- sus ojos grises enfocan los míos y veo caer a dos lagrimas.

Me lanzo encima de él y lo rodeo con mis brazos. Lo quiero demasiado y no quiero que se sienta así. Mi corazón se acelera cuando lo escucho sollozar. Su familia es una porquería y él sufre por eso.

-Steven, no vale la pena que gastes tus lágrimas en algo así. Sos alguien único y mereces lo mejor. Ahora no estás sólo, está mi familia y ahora estoy yo.

-Quiero una familia- llora.

-Acá la tenés.

Llora durante un rato más y cuando se tranquiliza un poco nos recostamos en el piso. Mis brazos y piernas rodean su torso, mis manos acarician su espalda y poco a poco suben hasta su cabeza para acomodar su cabello.

-Te quiero- susurro contra su oído.

Steven se sienta apoyando su espalda contra la cama y me levanta consigo dejándome a horcajadas. Acaricia mi espalda y le regalo una de mis sonrisas.

-Yo también te quiero- sus ojos brillan y eso me encanta. Paso mis manos por sus mejillas y luego por sus finos labios- te conozco hace diecisiete horas y creo que ya es una eternidad. Siento que sin vos me voy a romper.

-Que bueno que no me pienso ir- nos reímos un poco y finalmente acerco mis labios a los suyos presionándolos suavemente. Un cosquilleo se forma en mi estómago y en mis labios- ahí se fue mi primer beso- susurro y le guiño un ojo.

Luego él me besa devuelta y sonriendo dice:

-Ahí se fue el segundo.

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Precipitado? Si

Raro? También

Pero todo va a ser explicado en los próximos capítulos ;)

Espero que les haya gustado este cap!!

Besooooos!! Hasta el próximo findeeee