Dieciocho Horas.

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-¿No querés cantar?- le pregunto a Milagros- estarías practicando para tu presentación.

-¿Qué tal si solamente escuchamos música?- pregunta.

No me entusiasma demasiado la idea, pero termino accediendo. Ella corre hacia su cuarto y al volver tiene en su mano un teléfono y un cilindro de plástico.

-¿Qué es eso?

-Un parlante.

Manipula con habilidad los aparatos y segundos después empieza a escucharse en la cocina una melodía que hace vibrar todo mi cuerpo.

-Vamos a bailar- sujeta mis manos y comienza a zarandearme de un lado a otro al ritmo de la canción.

Me río.

Al fin lo hago.

Se siente bien.

Ella guía mis movimientos con suavidad. Me obliga a ir a su ritmo y yo lo permito. Milagros es mi brújula, la encontré y de un momento para el otro ya estaba confiando en que me llevaría por el camino indicado. Me permití envolverme con sus sonrisas y con su mirada alegre.

Yo estaba perdido, buscaba algo que me encaminara, que me ayudara a encontrarle un sentido a la vida. Estaba al borde de la locura, a punto de echar todo por la borda y terminar con esa porquería de vida que llevaba, pero la encontré a ella y dejé que su canto iluminara mi oscuridad.

Llegué a mi destino.

Ahora sólo me queda disfrutarlo.

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Holaaa!!

Disfruten este capítulo!!!

Bye bye <3

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