Once Horas.

78 20 5
                                    

¿Y ahora qué hago? No tengo donde dormir, comer ni donde trabajar. No hay nadie a quien conozca que sea capaz de brindarme hospitalidad en su casa durante un tiempo hasta que consiga un departamento y un trabajo estable.

¿Qué voy a hacer de mi vida? Nunca hice nada con ella. Tenía quien hiciera todo por mí y yo nunca me esforcé por aprender.

Abro lo ojos y me levanto del banco. Comienzo a caminar sin un rumbo fijo durante unos minutos y cuando observo donde estoy, descubro que estoy frente a las enormes puertas del teatro.

Entro por la puerta trasera y camino hacia los camerinos, donde consigo escuchar una melodía ya conocida. Corro hacia la salida lateral para dar con el escenario y me quedo cautivado observando a la hermosa chica de cabello ondulado castaño y de hipnotizantes ojos verdes.

Sus diminutos labios se mueven liberando una melodía única y me permito volar.

Cierro los ojos y la oscuridad se apodera de mi mente. De a poco unos destellos se acercan hacia mi oscuridad y la alumbra obligándola a desaparecer. Un peso se baja de mis hombros y escapa pretendiendo no volver nunca. Soy consciente de que una sonrisa se extiende por mi rostro y por primera vez lo disfruto.

Milagros deja de cantar y yo abro los ojos con curiosidad. Ella me mira sonriente mientras que sus ojos se vuelven acuosos. No quiero que llore, pero ella lo hace.

Corre hacia mí y me abraza apenas está frente a mi persona. Mi pecho se infla tratando de contener su perfume a menta y le devuelvo el abrazo con fuerza.

-Acepté- susurra en mi oído y me estremezco.

-Eso quería escuchar- respondo en voz baja y noto como su piel responde ante mi respuesta.

-¿Qué hacés acá?- me pregunta separándose de mí- pensé que ibas a estar con tu madre cocinando o algo así.

-Escapé- espeto frunciendo el seño- ya no voy a soportar más a Gregory. Le dije todo lo que le tenía que decir y me fui.

-¿No vas a volver?

-Ni aunque tenga que vivir en la calle.

Milagros mira el suelo con notable preocupación durante unos instantes y luego suspira. Levanta lentamente la mirada y pronuncia con timidez:

-No quiero que vivas en la calle.

-No tengo a donde ir.

-Siempre podés venir a mi casa.

-No nos conocemos.

-Sos un verdadero idiota, Steven Walker. Creo que ya sabemos bastante uno del otro como para dejar de tratarnos como desconocidos.

Lo pienso unos instantes y me obligo a darle la razón. Sé que ella siempre va a estar para mí y yo sé que siempre voy a estar para ella. De todas formas mi vida no puede empeorar.

-Perdón- decimos al mismo tiempo.

-¿Por qué?- le pregunto.

-Está bien que no confíes en mí. Nos hablamos hace diez horas nada más.

-Once- susurro.

-¿Qué?

-Que te conozco desde hace once horas.

--------------------

#3/3

Se terminó el especial!! Qué les pareció??

De seguro el domingo o el lunes subo el capítulo del sábado. Tengo una fiesta y todavía  no tengo que ponerme así que me van a tener que esperar. :P

Bye bye! :*

Veinticuatro HorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora