Veinticuatro Horas

Veinte Horas.

Ya estamos en el teatro, Milagros está muy nerviosa. Tiene miedo de que algo malo pueda pasar, tiene miedo de arruinar la obra. Intento convencerla de que todo saldrá bien, pero ella sabe que ni yo creo eso. Para mí, lo más probable es que algo salga mal. Desearía en este momento dejar de ser tan pesimista sólo por ella. Quisiera poder ser su apoyo en este mismo instante.

Milagros está hiperventilando.

La señora Blue está emocionada.

Cristian está ayudando a terminar de decorar el escenario.

El señor Blue espera sentado en la primera fila a que la obra empiece.

Y yo me siento inútil, como siempre.

Voy a los camerinos y busco a Milagros. Cuando la encuentro ella tiene puesto un vestido blanco hasta las rodillas y unos zapatos altos con los que parece que se va a caer en cualquier momento. De todas formas está hermosa.

Pero falta una sola cosa para que esté completa. Falta que sus lágrimas dejen de correr por su rostro y que vuelva su espléndida sonrisa.

Cuando me ve corre a abrazarme.

-Todo va a salir genial.

-Tengo miedo.

-Vos podés.

-No.

-Milagros, me enseñaste que todo puede cambiar de un momento para el otro, que todo es posible. Si yo pude reír y querer a alguien en tan poco tiempo vos podes enfrentar tu miedo y cantar sobre ese escenario sin tener miedo. Acordate de que voy a estar en la primera fila. Si tenés miedo mirame, yo voy a estar ahí sólo por vos.

Ella suspira y me abraza con más fuerza.

-Gracias, Steven- dice luego de darme un beso en los labios.

-No te preocupes, todo va a salir bien. Eso me lo enseñaste vos.