Capítulo cuatro

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Después de una muy movida semana donde tuve que lidiar con Marie, el divorcio y algunos temas de la empresa, por fin era viernes. Eso significaba que hoy día tendría la tan esperada junta y por alguna extraña razón, me encontraba nervioso. Quiero decir, era sólo una junta, había participado de un montón antes como para sentirme nervioso, no podía obviar la vocecita en mi cabeza que me decía que algo iba a ser diferente esta noche.

Tiempo después me encontraba sentado en un restaurante junto a Roberto. Jilie había salido afuera para poder esperar a la chica. Ninguno de los dos quiso decirme el nombre. Jilie, porque quería que fuera una sorpresa y Roberto, intuyo porque no tenía idea de quién era.

—¿De quién crees que se trata?— le pregunté.

—Ni idea, Jilie tiene tantas amigas que sería difícil comenzar por alguna parte. 

—Deberíamos empezar por las que están solteras, ambos sabemos para qué era esto realmente.

—Quizás—se encogió de hombros—. Por lo qué me dijo ella no está soltera, simplemente que se encontraba desanimada y Jilie quería que se divirtiera.

—¿Y qué hay de mí?

—Ya sabes que quería que vineras, pero no sé la verdadera razón.

—Hmm... ¿Cuánto más piensan demorar?

—Aprovecha este momento antes de que comiencen sus típicas charlas de chicas.

—¿Y crees que...?

—Te dije que estarían hablando de nosotras—me interrumpió Jilie—. Por cierto, la charla de chicas es entre chicas, quiero decir, sin hombres alrededor.

—Pues qué pena. Yo quería saber sus secretos—dije divertido aún sin levantar la mirada. Acto seguido cogí el vaso de agua y di un sorbo.

—Chicos, ella es Andrea.

Levanté mi mirada y prácticamente casi me ahogo. Andrea era demasiado morena, rubia y parecía tener tres kilos de maquillaje en el rostro, demasiada falsa para mi gusto. No soy nadie para juzgarla pero sinceramente, no se me hacía para nada atractiva. Se sentó a mi lado y me sonrió con coquetería, podía jurar que tenía prácticamente sus pechos pegados a mi cuerpo.

—Chicos, sean amables con ella—dijo Jilie sin percatarse de Andrea.

Miré a Roberto cómo si quisiera matarlo y él se encogió de hombros.

—¿Y cuál es tu nombre, bebé?—me preguntó.

—Justin—le respondí con una pequeña sonrisa.

Omití el  «bebé» sabiendo que Jilie estaría escuchando y observando, decidí ser amable con ella. Ella soltó una risa demasiado aguda y falsa.

—¿Y tienes novia?

—Esposa.

«Sí, una esposa que me odia, que está esperando un hijo mío y que quiere seguir con los tramites del divorcio»

Vi como su sonrisa decaía, pero se recompuso rápidamente.

—¿Y tú?—le pregunte.

—Novio, aunque es un imbécil total.

—¿Todavía no se arreglan?—preguntó Jilie.

—No, aún no—respondió y me volvió a mirar—. Entonces, ¿hace cuánto conoces a Jilie?

—Hace un par de años, la verdad es que la conocí a causa de Roberto cuando ellos empezaron a salir. ¿Qué me dices de ti?

«Remember» |2ª Temporada Wonderland|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora