Capítulo tres |parte tres|

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Al entrar a la casa todo estaba echo un desastre, incluida la cocina. Los cojines estaban esparcidos por todo el lugar con rasguños, los muebles corridos, las fotos de nosotros en miles de pedazos y la mayoría de mis platos y tazas se encontraban destrozadas.

Roberto silbó.

—Bueno, pudo ser peor—dijo.

—Al menos me dejo la llave al irse, que considerada.

No les voy a mentir, me encontraba muy...muy molesto. Digo, comprendo que haya estado molesta hasta cierto punto. Puede que haya vivido conmigo y que sea mi esposa todavía, pero seguía siendo mi casa y mis pertenencias, no tenía ningún derecho a destrozarlas. Estaba seguro de que tarde o temprano le terminaría recriminando por otro lo que hizo. Pero por el momento prefería quedarme callado y simplemente ordenar su desastre.

Guardamos las compras en los cajones y sacamos los útiles de aseo. Sabíamos de antemano que nos llevaría horas, y ordenar no era lo mío. Todo estaba para la mierda y no creía que algo se haya salvado. Un par de horas ya habíamos terminado la mayoría y al menos se veía decente. Para asegurarme había subido a las habitaciones y todo estaba perfectamente, para mi gran alivio.

—Joder—murmuré sentándome en el taburete de La cocina —. Te juro que ya no se hacer con ella, me tiene harto que todo lo que diga se lo tome de malas y yo siempre termine pagando los platos rotos. Digo, se lo dije de buena manera y que ella reaccionará así...es una inmadura total.

—Te dije que era un dolor en el culo. Por cierto, creo que te debo una disculpa al decir que eras un exagerado, la verdad es que está loca.—dijo Roberto.

—Te dije que no bromeaba cuando dije que no se lo tomó bien.

—Bueno, por más molesta que haya estado creo que esto es allanamiento.

—Sí, bueno, ya no importa—me encogí de hombros quitándole importancia—. Ya hizo lo que hizo y aunque este molesto, se lo haré saber luego.

—Hombre, ¿qué le dijiste para que reaccionara así?

—Verás, ayer llegue a la casa y subí a la habitación donde se encontraba. Le dije amablemente que necesitaba que se fuera porque no quería que estuviera rondando en mi vida, quería avanzar. Además le dije que quería continuar con el trámite de divorcio. Ella al principio creyó que era una broma pero luego al ver que no lo era me empezó a gritar que era un idiota y que no me importaba ni ella ni el bebé. Me dijo que no quería irse porque no quería quedarse sola pero desistió y lo termino aceptando, de mala forma pero lo hizo. Hoy día en la mañana me dijo que se iba a quedar con sus padres, que me iba a mantener informado respecto al bebé y esas cosas. Para ser honestos.... creo que lo que más le molesto fue todo lo que yo le dije, las cosas que me molestaban de ella y que no podía soportar en nuestra relación. Le habrá caído como un agua de balde fría pero extrañamente me siento bien.

—Si te sientes bien después de todo entonces hiciste lo correcto y valió la pena. A mí nunca me agrado demasiado de todas formas.

—Lo sé—sonreí—. A su alrededor siempre fuiste gruñón y nunca podías estar mucho tiempo a su alrededor.

—¿Y qué?—respondió riendo—. Ella tenía un aire negativo, egoísta y nunca me gusto. Además de que era gracioso verla molesta, me daba risa las muecas que hacía. Creo que una vez le pregunte porqué las hacía y me respondió que porque se veía sexy de esa manera.

«Remember» |2ª Temporada Wonderland|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora