Hola a todos! Primero que nada quería agradecer a todos los que leen mis historias. Muchas gracias... También quería pedir disculpas por los horrores ortográficos y de redacción.
Está historia está narrada por Jennifer.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
El bullicio de la ciudad comenzaba a hacerme doler la cabeza. Vuelvo a apoyar mi cabeza en la mesa de madera de un establecimiento de comida rápida y no puedo evitar bufar frustrada. Puedo sentir la mirada compasiva de mi madre taladrándome en la cabeza y eso me pone de peor humor.
- Cariño, no te sientas mal. Puede que aún no estés lista para este mundo – dice mi madre con voz suave tratando de animarme.
Levanto mi cabeza por unos centímetros para poder verla y solo puedo fruncir el ceño. Su rostro demuestra derrota y yo aún no estoy lista para darme por vencida, pero ser rechazada por quinta vez es frustrante y doloroso.
Vuelvo apoyar mi frente en la mesa y gimo con desgana.
- No es justo, joder...vinimos desde Kentucky para esto. Porque dijeron que tenía oportunidad y talento y ahora no me aceptan ni siquiera como extra. – chillo molesta y cierro con fuerza los ojos para evitar que las lágrimas de frustración escapen.
- Vamos Jen, aun eres muy joven, puede que si lo intentas más adelante funcione – vuelve a decir mi mamá acariciando mi espalda. Y de cierta manera puede que tenga razón, el mundo de Hollywood es muy caótico y manipulador. Puede que aún no esté lista para vivir en ese mundillo. Pero ser actriz es mi sueño, es lo que quiero y no quiero darme por vencida, pero...
Mi mamá se levanta de su asiento y me da un suave golpecito en el hombro.
- Es hora de regresar cariño – me dice y comienza a caminar hasta la salida. Como puedo me pongo de pie y sigo a mi mamá que ya me espera afuera.
New York es una hermosa ciudad, creo que estaría en mi lista de ciudades favoritas, pero ahora mismo me parece el lugar más deprimente de la tierra. Haber viajado kilómetros para cumplir mi sueño y haber fracasado, lo hacía peor que deprimente.
Ya comienza a oscurecer y la ciudad parece que apenas cobra vida. La brisa veraniega azota mi rostro como si fuera a querer a animarme, pero aun así no lo consigue. Camino entre la multitud persiguiendo a mi madre que está a unos pasos más adelante. Nos detenemos en un semáforo y mientras esperamos, los faroles de las aceras comienzan a encenderse como por arte de magia.
Sonrío un poco, ya que esto me recuerda a las luces de Navidad. Sigo la dirección de los faroles que van prendiéndose uno por uno hasta llegar en frente de una pequeña tienda de dulces y revistas al final de la calle que llama mi atención.
-Mamá, creo que necesito comprar algunas revistas para el viaje- le digo tomándola del brazo y estirando de ella para que me acompañe a la tienda. Mi mamá suspira cansada y comienza a caminar conmigo. Sonrío satisfecha y casi corro para llegar hasta ese lugar. Hay algo, que me dice que encontraré algo importante en ese lugar.
Al entrar un anciano muy amable me sonríe y me saluda con la cabeza. Le sonrío en respuesta y me adentro en los pasillos de la tienda. Miro las portadas de revistas y algunos libros que aparecen en los escaparates. Ninguno llama mi atención. Estoy a punto de dirigirme al pasillo de la comida chatarra, cuando una revista al fondo llama mi atención. Me acerco y la tomo entre mis manos. Hojeo la revista hasta que la fotografía de un niño de ojos avellana me detiene. Miro atentamente el rostro del chico y sonrío. Me parece adorable. Leo el título de la nota y siento como un calor se esparce dentro de mí.