Hawaii, 14 de Febrero de 2013
- Muévete más rápido
- No soy una bailarina profesional
- Eso ya lo sabía, eres pésima
- Josh!
Josh ríe ante la cara de indignación que ha puesto su amiga. Ella hace una mueca de fastidio y vuelve a poner sus brazos alrededor del cuello de su amigo. Jennifer y Josh solo eran eso, amigos. Eso trataban de convencerse el uno al otro, pero sus corazones gritaban otra cosa.
Josh mira a los ojos azules de Jen y no puede evitar que su corazón baile de emoción. Ella era divertida, tan inmadura y madura a la vez. Ella era una mujer con un corazón de niña. En ella podía ver lo mejor del mundo y en sus ojos podía ver el cielo. La amaba en secreto aunque él no lo quisiera admitir. ¿Cómo podría? No debía, ella no era para él.
Jen sonreía como nunca lo había hecho con otro chico. Amaba estar abrazada a Josh mientras se movían torpemente al compás de una balada cursi. No quería admitirlo, pero con su amigo se sentía única y amada. Ni siquiera con su novio se sentía así y es en ese momento cuando la culpa la golpeaba en el estómago, pero ya no le importaba, solo quería estar así con Josh.
-Cuidado!- grita Jen entre risas y da un pequeño salto para evitar que Josh siga pisando sus nuevas sandalias blancas.
-Lo siento, estaba pensando- le dice un apenado Josh y vuelve a tomarla de la cintura para seguir bailando.
-Tienes dos pies izquierdos- le dice burlonamente Jennifer volviendo a moverse al ritmo de la música.
-Mira quién habla- responde Josh con una sonrisa. Jen pone los ojos en blanco y Josh ríe.
Ambos seguían en su propio mundo en donde solo existían ellos dos. Donde solo existían risas y miradas que decían miles de cosas.
El cielo de Hawaii aun desprendía el color del atardecer haciendo todo el lugar tan surrealista. La playa había sido adornada y preparada para que las parejas, amantes y amores imposibles puedan disfrutar de su día. Todos bailaban o reían disfrutando del momento y en una esquina de la pequeña pista improvisada seguía una pareja de amantes imposibles bailando e ignorando al mundo por completo.
Josh se separó lentamente de Jennifer cuando la música por fin había finalizado. Admiró por unos segundos a su compañera. El vestido blanco hacía resaltar su figura y el cabello castaño hacían que sus ojos azules brillen más de lo normal. Su corazón dio un brinco al sentir que no podía dejar de admirar a su amiga. Apartó la mirada y se fijó en el mar.
Jennifer confundida por la reacción de su amigo, carraspeó para llamar su atención.
-¿Sucede algo?- preguntó Jennifer ganándose por un segundo la mirada avellana de su amigo.
-Nada...-susurró un poco confundido y tomó la mano de Jennifer y la jaló suavemente para que la siguiera.
-Vamos a caminar- volvió a decir y Jennifer solo lo siguió en silencio.
Algo había cambiado en el ambiente. La tensión se podía sentir y el corazón de ambos latía a una velocidad descomunal. El sabor salado del mar se podía sentir en el viento que golpeaba suavemente sus rostros.
Caminaron en silencio sin soltarse de las manos hasta que perdieron de vista la playa adornada con corazones. Josh paró su andar y volvió su vista al mar por un momento. Jennifer se sentía confundida y ansiosa. Las manos le sudaban y un ligero temblor la recorría por completo.