El suave movimiento del automóvil me deja somnolienta. Trato de abrir los ojos pero es imposible, el sueño se apodera de mí. Con las pocas fuerzas que me quedan miro hacia la ventanilla y el paisaje de edificios y autos de Louisville es lo último que veo antes de caer en los brazos de Morfeo.
Un suave beso en mi cuello me despierta y una sonrisa tonta se apodera de mí. Josh vuelve a besarme esta vez en la barbilla y mis brazos automáticamente se enredan en su cuello.
-Ya llegamos- me dice con una sonrisa y besa mis labios. Gustosa le correspondo y lo atraigo más a mí. Luego de unos minutos nos separamos y bajamos del auto. Por fin habíamos llegado a Unión.
Me desperezo escandalosamente y sonrío como tonta al ver la casa frente a mí. Mi casa o mejor dicho mía y la de Josh. Hace un par de meses la habíamos comprado en secreto, estaba a nombre de los dos y eso me hacía sentir como si fuéramos un matrimonio y el solo pensar eso me entraba unas ganas locas de saltar. Elegimos comprarla en Unión porque aquí nadie nos buscaría y estaba alejado de todo, además de estar a solo una hora de mi querida Louisville.
Josh comienza a bajar nuestras cosas del portaequipaje y voy hacia él para ayudarlo. Le saco una maleta de las manos y camino decidida hacia la puerta de mi nuevo hogar.
-Jen, como piensas entrar si no tienes las llaves?- me dice Josh con una sonrisa burlona. Mete la mano en el bolsillo de su jeans y saca el manojo de llaves con el pequeño llavero que tiene una foto mía y la de él besándonos frente a esta misma casa cuando por fin la compramos.
Hago una mueca de fastidio y vuelvo hacia él dando largas zancadas. Me mira con una sonrisa burlona y cuando estiro mi mano para tomar las llaves, las aleja y se ríe de mí. Lo miro indignada y salto sobre él haciéndolo caer conmigo encima. Nuestras risas se mezclan y me parece que es la sinfonía más bonita que he escuchado. Vuelvo a estirarme para alcanzar las llaves y se las arrebato. Me levanto como puedo y salgo corriendo hacia la puerta. Josh sigue riendo y tirado en el suelo. He ganado.
Abro la puerta y al entrar enciendo la luz. La casa está totalmente vacía y al entrar se puede escuchar el eco de las pisadas. La mudanza con los muebles recién se haría en un par de semanas pero como estábamos de visita en Louisville decidimos pasar un par de días en nuestro hogar.
-HOLA!!!- grito y el eco resuena por toda la casa. Camino por el gran salón e imagino las reuniones familiares que podremos hacer aquí.
-Cuidado con los fantasmas- dice Josh cuando llega a mi lado tomándome por la cintura.
-Josh! No digas eso ni de broma- le digo dándole un codazo. Él solo ríe y besa mi hombro.
-Así que este es nuestro hogar- me dice en un susurro. Lo miro con una sonrisa y nos quedamos en silencio por un momento sintiendo como nuestros corazones laten con fuerza. Felices por saber que pronto podremos seguir escribiendo nuestra historia formando nuestro propio hogar.
Luego de unos minutos entrelaza nuestras manos y empezamos a recorrer la casa. Tiene un enorme salón, una cocina con una barra que parece de un bar y es una de las razones del porque la compramos, un despacho con una pequeña biblioteca, cinco habitaciones y tres baños. Luego de recorrer el interior salimos al patio. Las innumerables flores de muchos colores bañan el jardín. Un angosto camino de piedras se cuela entre las flores y nos lleva a una pequeña fuente y a un hermoso espacio con césped y árboles donde podríamos hacer un bonito picnic. Josh acaricia mis nudillos y yo me apretó más a él.
-Creo que es el lugar indicado para iniciar nuestra familia- le digo mirando hacia el cielo. Los colores del atardecer ya comienzan a aparecer. Las chispas de sol comienzan a esconderse a través de los árboles. Josh sonríe y besa mis labios.
Ya son las ocho de la noche y ya nos hemos instalado en nuestra habitación. Trajimos desde Louisville un colchón, un par de almohadas, unas sábanas y lo más importante; mucha comida.
Ambos estamos sentados en el colchón devorando un par de pizzas, doritos y hamburguesas.
-Admito que ahora estoy un poco asustado por la posibilidad de que haya un fantasma en esta casa- dice Josh mientras le da un mordisco a su hamburguesa con queso. Me estremezco de solo pensar en esa posibilidad.
-Josh no sigas por favor, que ahora mismo escucho ruidos por todos lados- le digo tapándome un poco más con las sábanas y mirando sospechosamente hacia la puerta esperando que en cualquier momento salte un espectro.
-La vendedora me dijo que no había fantasmas, pero las posibilidades son infinitas- vuelve a decir con una sonrisa siniestra.
-Josh, basta!!- le digo dándole un empujón. Él solo ríe y vuelve a comer su hamburguesa.
-Lo siento, solo estaba molestándote- me dice luego de un momento tomándome de la barbilla. Sacudo mi cabeza y le miro con mala cara.
-Oh vamos, solo era una broma- vuelve a tomar mi rostro entre sus manos y trata de besarme. Me hago la difícil y esquivo sus besos. En un descuido ya está sobre mí, trato de esquivar otros intentos de besos y rodamos por el colchón. Se me escapa la risa y trato de separarme de él. Con una rapidez que me asusta me vuelve a tener bajo su cuerpo, nuestras narices se rozan y nuestras respiraciones se mezclan. Me agarra por las muñecas y pone mis brazos arriba de mi cabeza. La tensión sexual se siente en el aire y ahora mismo solo quiero besarlo.
Acerco mis labios a los suyos y él los toma con furia. Un gemido muere en mi garganta y envuelvo mis piernas en su cintura.
-Creo que debemos estrenar la casa con estilo- me dice con la respiración acelerada. Río por su comentario y vuelvo a besarlo.
La comida está desparramada por el suelo, nuestras ropas comienzan a aterrizar por cualquier parte de la habitación, nuestros gemidos hacen eco por toda la casa y estoy segura que sería el fantasma el que saldría aterrorizado.
Los rayos del sol mañanero se cuelan por la ventana y me despiertan de un sueño acuoso. Gimo lastimeramente y escondo mi rostro en el cuello de Josh que sigue durmiendo.
Cierro los ojos, subo una pierna encima de Josh y siento como se remueve entre sueños. Levanto mi mirada a la habitación y puedo ver el desorden que hemos causado. Sonrío al recordar cuando hicimos el amor anoche y lo agotados que quedamos. Suspiro cansada y miro a mi novio que duerme tranquilamente. Apoyo mi cabeza en su pecho y agradezco que hayamos superado todos los obstáculos y que el sueño de comenzar una familia, un hogar, haya sido con él, mi mejor amigo, mi roca, mi Josh.
Es curioso cómo comenzó nuestra historia. Antes de conocernos ya estábamos conectados de alguna manera, pasamos de ser amigos a ser amantes y ahora estábamos aquí durmiendo por primera vez en nuestra propia casa, imaginando como serían nuestros días como una pareja estable que no tiene que esconderse. Imaginando a un par de niñitos con los ojos avellanas y azules correteando por el salón. Imaginando que ahora todo estaba bien porque estábamos en nuestro hogar.
-----------------------------------------------------------------------------------------------
Quiero agradecer a todos los lectores. Gracias por leerme.
Esta historia es algo que surgió a última hora y espero les guste.