-¿Estás segura?- pregunto mientras la música sigue sonando y la adrenalina corre por mis venas. Las luces del salón parpadean con energía y la gente se arremolina a mi alrededor bailando al ritmo cadencioso de la canción. Jennifer me toma de la mano y con una sonrisa seductora se voltea y comienza a caminar a través de las personas. La sigo hipnotizado con sus movimientos. Salimos de la fiesta y caminamos hasta mi moto. El viento helado de Los Ángeles sopla y hace que un escalofrío recorra mi cuerpo. Jennifer suelta mi mano y se quita la peluca pelirroja que lleva puesta dejando al descubierto su cabello rubio. Me mira con una intensa mirada y sonríe.
- Vamos Josh- Me dice con la voz un poco ronca y se frota los brazos por el frío. Me acerco a ella y la abrazo para quitarle el frío. Ella se acerca más a mí y luego levanta la vista al cielo nocturno.
- Creo que deberíamos tomar un taxi- le digo mientras sigo frotando su espalda. Jennifer me mira y niega con la cabeza.
-No, vamos en tu moto- dice dándome golpecitos en el pecho y luego se separa para guardar su peluca en su bolso. La miro con una sonrisa y le paso el casco gris. Ella acepta con una sonrisa traviesa y se lo pone. Me subo a la moto y ella sube atrás mío. Siento como me abraza por la espalda y sonrío.
-¿Lista?- pregunto mientras arranco la motocicleta. Me grita un sí y me pongo en marcha. El viento nos golpea el rostro y siento que Jennifer tiembla.
Luego de unos minutos llegamos a casa. Jennifer se baja con dificultad y ríe cuando tropieza.
-No te rías de mí, Hutcherson- me dice apuntándome con el dedo, pero con una sonrisa en la cara. No puedo evitar reír y ella hace muecas que me causan más risa. Me bajo de la moto y estoy dispuesto a entrar a la casa cuando su mano me detiene. Me volteo para ver qué sucede y Jen aún con una sonrisa me atrae a ella.
-¿No te gustaría hacerlo en la moto?- me pregunta mordiéndose los labios. La miro sorprendido y una punzada de excitación me invade. Ya antes lo habíamos hecho encima de la moto, y el solo recordar su cuerpo desnudo encima de mi moto hizo que mis pantalones de repente me apretasen.
-Pero hace frío...- le digo aunque ya estoy acorralándola junto a la motocicleta.
-Sí, pero ya verás que entraremos en calor- me dice atrayendo mi rostro al suyo. Tomo sus labios con los míos y mis manos viajan a sus piernas desnudas y subo el vestido hasta sus caderas. La subo al asiento de la moto y me aseguro que esté seguro para que no caiga.
-Te necesito, Josh- me dice con los labios hinchados y su cabello rubio ya pegado por el sudor en su frente y cuello. Me meto entre sus piernas y la sigo besando. Meto mi mano a través de sus bragas y al encontrar su punto de placer gime deliciosamente.
La apoyo contra el manubrio y subo al asiento para tener mayor acceso.
-Josh...- gime extasiada y se sujeta con fuerza de mis brazos. Bajo a su cuello y sigo con el vaivén de mis dedos dentro de ella. Jennifer desabrocha mis pantalones y no puedo evitar gemir.
-Alguien podría vernos- le digo con voz ronca pero aun así sigo tocándola.
-Son las 3 de la mañana Josh, además la cerca y ese arbusto nos cubre- dice con una sonrisa y gime cuando vuelvo a tocar su punto.
Me deshago de los pantalones y de mi boxer al mismo tiempo que de sus bragas. Le abro las piernas para poder estar en una mejor posición y hago que sujete el manubrio para mantener el equilibrio.
Vuelvo a besarla y la embisto robándole un grito de sorpresa. Comienzo a moverme despacio para luego ir aumentando las embestidas. Trato de acallar los gemidos de Jennifer con mis besos, pero es casi imposible cuando ella también comienza a moverse a mi ritmo. La tomo de una pierna para tener mejor acceso y su espalda se arquea cuando logro alcanzar ese punto dulce que se encuentra dentro de ella.
-Por Dios...- gime Jennifer y me besa desesperadamente. La motocicleta comienza a moverse peligrosamente y temo que caiga en cualquier momento. La sostengo con fuerza y sigo moviéndome. Jennifer se tensa y arquea su espalda y llega a su orgasmo en sacudidas. Su rostro extasiado es suficiente para que también llegue al clímax tras ella. Una electricidad recorre mi cuerpo y luego la sensación de relajación envuelve mi cuerpo. Abro los ojos y abrazo a Jennifer que aún no se recupera de su clímax.
-Te amo- le susurro y le doy un beso en la frente antes de bajarme de la motocicleta y bajarla a ella también.
Busco mis pantalones y me los pongo. Miro a Jennifer que se arregla su vestido y luego me devuelve una sonrisa.
- ¿Era para esto que querías salir de la fiesta?- pregunto divertido mientras camino con ella hacia la casa. Jennifer hace una mueca de sorpresa y me da un golpe en el brazo.
- ¿Por quién me tomas?- me pregunta con un falso enojo que luego se convierte en una sonrisa.
- Por nada- le digo mientras entramos a la casa.
Una vez dentro Jennifer se saca los zapatos, tira su bolso en una esquina y da un gran bostezo mientras sube las escaleras. La sigo y la tomo por la cintura.
-¿Aun quieres más?- me pregunta divertida.
-Siempre quiero más de ti- le respondo y beso su cuello. Jennifer tiembla y entramos a la habitación. Voltea y me besa. La empujo a la cama y vuelvo a perderme en su cuerpo, en su aroma y en sus besos. Realmente soy adicto a ella, me tiene bajo su piel y eso me fascina.
La tenue luz del mediodía se cuela por la ventana despertándome. Siento un cálido cuerpo a lado mío y eso hace que mi corazón lata con fuerza. Abro los ojos y me encuentro con Jennifer durmiendo tranquilamente. Su cabello rubio enredado y desparramado en la almohada la hace ver como un espejismo. A veces me pregunto si es real y luego veo su mano en mi pecho y el dedo anular con el anillo de casada, demostrando que es mi esposa, mía y de nadie más. La beso en la frente y ella se remueve entre sueños. Tomo su mano y entrelazo sus dedos con los mío sintiendo su calidez y que lo nuestro es real.
-Josh...- gime entre sueños y abre lentamente sus ojos.
-Jen...- susurro acercándola más a mí.
-Te amo- me dice con una sonrisita y vuelve a cerrar los ojos cansada.
-Yo también te amo- le respondo sintiéndola a mi lado. Sintiendo que lo nuestro fue, es y siempre será real.
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Pequeño, pequeñisimo drable sobre joshifer que escribí hace tiempo para una amiga. Espero les guste.