Capítulo veinticuatro

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Una extraña sensación atravesó el cuerpo de Mónica, parecido a las veces en que probabas un nuevo sabor de helado, pero el paladar se acostumbraba a otro. Entonces se quedaba allí, pareciendo eterno, raro..., o eso se pensaba al creer que el sabor no se iría de la boca.

Incluso en la serenidad de su piso, sin ningún electrodoméstico encendido, las entrañas se estremecían en su interior, obligándole a estar acostada. Fijó la vista en el techo; la noche anterior le costó conciliar el sueño, tanto que cuando pudo pegar un ojo el reloj estaba por marcar las 6:00 am. Ni siquiera leer libros de madrugada pudo entretenerla, o escribir acerca de algún documental. Escuchar música también dio el mismo resultado.

No hubo nada que hacer más allá que pensar... Una serie de pensamientos tomaron forma, exiliándole al insomnio, todos girando a un mismo nombre y apellido.

Michael Harris.

Con base a los posibles escenarios que idealizó, en ninguno estuvo el encontrarlo en una circunstancia tan inesperada. En efecto, no terminó de entrarle a la cabeza que un hombre tan honorable como él, que gozaba de innumerables virtudes, acabase en busca de una negociación con una columnista cualquiera, que la ayudase a cumplir el tan anhelado objetivo. Ambicioso...

De la funda del celular sacó una tarjeta de color beige, el cual contenía escrito en tinta el número de Michael, añadiendo las iniciales de su nombre en la esquina inferior del mismo. Quería que lo llamara después de las 12:00 pm e iniciar el proceso de mudanza, pero por cada minuto que transcurría, pedía porque el siguiente no pasara tan rápido.

Todavía no se sentía lista para marcharse. Todos sus libros estaban apilados en una esquina, y la ropa doblaba una sobre otra en una silla junto a la cama. Al menos el desorden en su habitación desapareció un poco, pero aún quedaban cosas sin arreglar. De pronto, su pecho se contrajo y un picor empezó a tocarle la nariz, enrojeciéndola; producía nostalgia el hecho de que ya no viviría en ese apartamento.

Carajo. No podía borrar de sus recuerdos cuando estuvo en el despacho del señor Harris, frente a frente. Su mirada intensa creó una atmósfera de presión sobre ella, y fue muy astuto al mencionar su desempleo temporal, pero eso para Mónica dejó de suponer una clase de ''problema'' cuando preguntó para sí misma cómo se suponía que le diría a sus conocidos que se casaría. Contraer nupcias. Especialmente a las dos personas que más cercanas en todo el universo: Mercedes y Ariel.

De cierto pudo darse una idea del interrogatorio que se avecinaba, pero no de la excusa que podría responder... ¿Lo conocí en Tinder? ¿Tuve citas de la que nadie supo nada? Baahh, ninguna excusa era capaz de cubrir la explicación verdadera, y tapar el sol con un dedo no era algo en lo que se experimentó.

Se aproximó la hora estimada, así que respiró hondo y se levantó de la cama con la intensión de seguir acomodando las cosas que me llevaría. Aún faltaba otra pila de libros y un par de ropas a las que no les conseguía arreglo, además de otros objetos. Para cuando acabó, gran parte de la casa se veía más espaciosa.

Se sentó al borde del sillón y sacó el celular. Lo primero que hizo fue ver la hora y un estremecimiento abrazó su abdomen al notar cómo terminó un minuto para darle el paso a otro. Quizá sólo se trataba de esos segundos de euforia previos que asaltaban al cometer algún acto, una excitación irracional... Quizá todo de concentraba en los dígitos marcados dentro de la pantalla. Sólo debía llamarlo y darle fin a la presión de una vez. Justo cuando se dispuso a deslizar el dedo en la opción de llamar, el teléfono vibró, dando a entender la llegada de un mensaje enviado por Ariel, preguntando cómo le había ido ayer con quien decidió llamar «Mr. Esmeralda».

Si tan sólo supiera...

Quiso confesar lo que sucedió, pero las palabras de Michael fueron muy precisas al aclarar que no podía decirlo con nadie más, así que sólo contestó que todo salió bien. Casi de inmediato llegó otro mensaje.

Amor Por Contrato | ResubiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora