Capitulo # 16 'El Grupo A'

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-Muy bien Megan todo el grupo A, te está esperando-exclamo uno de los muchos oficiales uniformados del traje amarillo, el extraño traje anti radiación de los agentes biológicos que volaban libremente por los aires del planeta, estaba formado por el mismo plástico reclinable que estaba en las paredes cuando Elián salió después de sus pruebas de cien días, de color anaranjado por dentro y por fuera el amarillo que no lucia con el ambiente apocalíptico, el uniformado se giró para retirar dejando de vista en una de sus bolsillos cosidos de lana el símbolo de Isabela y en el otro extremo las siglas de la OCA, el soldado amarillo abandono la sala uniéndose con los otros grupos de oficiales, con la terminaciones de ir a vigilar la ciudadela, pero antes de eso Megan le dijo que tenía que vigilar a su hija en el centro comercial, mientras que los otros oficiales debían buscar a los Viajeros fugitivos, el soldado amarillo aceptó las condiciones y marcho detrás del autobús del grupo B.

Megan de inmediato se dirigió con rapidez para darles la bienvenida, exactamente lo mismo que hizo con el grupo B, se postro en las grandes puertas de su propio edificio, pensado en su hija, Megan se imaginó a Isabela logrando atrapar al espía con mucha alegría, pero la confianza que tenia de su hija menor no era muy buena, el lazo de familia se había roto cuando la chica se dio cuenta que Megan le había borrado la memoria a su novio y era por eso que había mandado al soldado de amarillo, los pensamientos de la científica loca fue interrumpida por el ronroneo del autobús del grupo A que se acercaba con mucha velocidad, por primera vez los pensamientos e ideas de buscar una cura, revertir la mutación, de la Generación z y del triple hélice no estaba en su mente dando vueltas a lo contrario lo único que pensaba la madre preocupaba era sobre su hija. Megan salió a darles la bienvenida cuando escucho al vehículo detenerse pero de inmediato los doctores de la bata blanca se aproximaron para socorrer al conductor aunque todo era una pantomima para los sujetos de prueba, Megan tenía que fingir preocupación y así lo hizo hasta logro que algunas lágrimas inhumanas le salieran, logrando así la confianza de los chicos dl grupo A, poco después los llevo a sus habitaciones para decirles sobre la rebelión que le ha causado muchos problemas con su Objetivo, los chicos del grupo A, fueron y regresaron pronto y con el soldado de amarillo que Megan envió hace algunas horas, recibió otra vez con gratitud.

-¿Dime lo que viste?-exclamo Megan, el soldado se preparó para darle un informe, había apuntado todo lo que había visto, sus manos temblorosas hicieron contacto con las arrugas de Megan, los ojos aguado de la científica loca observo el texto, cada párrafo y cada palabra se hacía referencia sobre el moribundo enano que Elián y los chicos encontraron, la mente de Mega exploto con la idea de que él era el espía siniestro que se colgaba de sus sistemas de base de datos para robar la información confidencial, pero siguió leyendo, la aparición de la extraña mujer del vestido rojo también era sospechosa, continuó con la descripción hasta que no había más letras.

-¿Eso es todo?-exclamo angustiada, nada de lo que había leído le indicaba quien era el espía y tampoco quienes había secuestrado a los chicos del grupo B, pero tenía sospecha de que los rebeldes los tienen, si era así solo tenía que esperar que Isabela se comunicara con el aparato de comunicación que le había dado antes de que saliera al viaje de tres días, sus ojos se devolvieron al principio del párrafo, exactamente donde describía al enano.

-Si señora,...después de que los cazadores mataron al joven...la muchedumbre corrió sin ninguna razón y fue ahí donde secuestraron a los chicos...lo...lo siento-exclamo el soldado sin levantar la voz ni promoviendo un sentimiento, pero sabía que desde lo más profundo había fracasado en su misión, los ojos de su jefa se devolvieron a las instrucciones que con letra casi perfecta había escrito con tanto apuro.

-¡Eres un fraude¡-exclamo enojando, la voz retumbaba la única ventana que colgaba tristemente en la oficina de Megan,-¿Acaso tengo que hacer todo yo?-pregunto al soldado que se inclinó listo para huir pero antes se había encogido a causa de los gritos omnipotente que declaraba la vieja boca degastada de Megan,-Espero que mi hija haga tu trabajo,...ahora ve a buscar a ese enano que tanto dice aquí y llévamelo a la Oquedad-exclamo, el Soldado le devolvió con un reclamo hacía sus discusiones.

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