Parte 33-Mente y realidad.

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Otro día mas, yo sigo igual, o mas molesta, necesito ducharme, escogí unos vaqueros y una blusa manga larga, ahora que lo pienso, Paula escogía asi su ropa, que tapara su cuerpo, sentía tristeza al verla, y ahora estoy igual, cuando era tan feliz, se me ha arrebatado todo de las manos, espero y Dios se generoso y acabe con mi suplicio pronto; entro al baño, todo lo hago en forma automática, desnudarme, ponerme gel, tallar, todo mi cuerpo, tratando de borrar lo que sus manos dejaron, le doy con tanta fuerza que me saco la sangre del cuello, que tanto beso, me duele pero no importa lo necesito; termino y salgo envuelta en una toalla, comienzo a secar mi cuerpo, me pongo mi ropa interior, y envuelvo mi cabello en la toalla, para que absorba el agua.

-Natalia- dice ferco en la puerta.

-Que haces?- digo cubriendo mi cuerpo, o lo que puedo.

El entra y cierra la puerta.

-Quiero verte, porque me rechazas?

-Sal, por favor- me doy vuelta.

-Por favor, te suplico, estoy muriendo- dice y toma mi cintura.

-!No!- le grito.

Veo de reojo que esta asustado, no sabe que hacer.

-Lo siento, Natalia, mi amor- suplica.

-No- digo mis lágrimas salen.

-Escucha, no me importa, no me importa que haya pasado, te amo.

-A ti no, pero a mi si, todo me recuerda a el.

-Joder, Natalia, escucha, TE AMO- me dice.

Se acerca y yo retrocedo.

-Vete, por favor, ya sufrí mucho.

-Lo se, pero yo también, me muero por dentro.

-Yo estoy muerta.

-No, no, estas conmigo aquí, viva deja que te ame.

-Como? no puedo soportar que me veas.

-Cierro los ojos.

Me río, con un nudo en la garganta entre llanto y risa.

-No te mereces esto.

-Eres perfecta, eres mi vida, todo, y si no estas no se que haría.

-Ferco...yo...

-Por favor, deja que te ayude, deja hacerte feliz, yo puedo hacerlo, te lo juro.

Le veo, me duele verle, tiene tristeza en sus ojos, quiero quitar su dolor, besarle y olvidar todo, pero no estoy segura de que pueda lograrlo; de pronto me abraza, acaricia mi mejilla, se inclina para besarme, se detiene, levanto la cara, en respuesta y pega sus labios en los mios, me besa con desesperación, rodeo su cuello con mis brazos, el me tiene de la cintura, acaricia mi espalda tiernamente, me levanta tomando mis muslos, y me tumba sobre la cama, acaricia mis piernas, y no puedo soportarlo, mis lágrimas ruedan por mis mejillas, el se separa.

-Que ocurre?- me limpia las lágrimas.

-No puedo- sollozo- le recuerdo- cubro mi cuerpo.

-Tranquila, pronto lo olvidarás.

-No, no podre, ya no podre amar, me siento tan sucia- me rasco el cuello desesperada por quitarlo de mi piel.

-Natalia, basta- me dice.

-Quiero quitar sus huellas- sigo rascando mi cuello.

-Que ya basta- me detiene las manos.

-Estoy jodida- le digo- jamas podre amarte, y no puedo hacerte eso, tu te mereces que te amen, no puedo.

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