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—No puedes irte.
—Es una decisión tomada, me iré.
—No estas bien, debes entenderlo, no te dejare ir.
No comprendo a que se refiere.
—Puedes hacer y decir cualquier cosa madre, pero tengo el aval de papá y con o sin su apoyo aún así me iría.
—Avril, entiende, no estas bien, necesitas reposo.
—No estoy enferma.
—Y esta mañana—insiste Sina—Que me dices de eso.
—Solo fue una estupidez, me iré.
Al parecer la discusión no daba tregua así que cerré la puerta de la habitación y me quede sola; sola y el piano, así que porque no dedicarle unos segundos a sus teclas.

Hace mucho no me sentía así, quizás la ultima fue a los quince cuando insistí que para la fiesta trajeran a Ana, pero no, ella jamas llego; me pregunto ¿Que habrá sido de ella?¿Estará casada, habrá salido del orfanato, se acuerda acaso de mi? sin duda la extraño, pero todo fue mejor así, aunque haya roto mi promesa de regresar, todo quedo en el pasado, ya no vale la pena recordarlo no devolverlo, quizás con los años debería entender eso.

REALWhere stories live. Discover now