Subastada? INITIUM [Visión Roth Montalva] I **CORRIGIENDO**

Capítulo 56

"No... No por favor..."

Estamos acostados. Terminamos los trabajos de hoy. De la noche a la mañana se mejoró.

Mis sentimientos hacia él son más claros aún. ¿Irónico, no? Enamorarse de tu "dueño".
Hoy tenemos una reunión. Matt me mira, me giro para mirarlo. Es tan guapo. Lo quiero para mí, sólo para mí.
Sus brazos me envolvieron y yo me apegue a él. Me encanta.
El encanto es cortado cuando alguien toca la puerta.

-Soy Mike, ¿están listos?
-Vamos a cambiarnos de ropa -respondió Matt.

Pero se quedó ahí. Seguíamos abrazados. Pero hay que cambiarse de ropa. Me quito los brazos de él y me siento.

-Matt, ya escuchaste a Mike, hay que ir.
-Si.

Nos cambiamos de ropa. Se ve tan bien con ese traje. Él saca una corbata roja e intenta ponérsela. Pero falla.
Yo, vestida de rojo, me acerco a ayudarlo. Aprendí a abrochar corbatas.

-Gracias.
-De nada, Matt.

Íbamos a salir, pero Matt me detuvo.

-¿Tienes tu arma?
-Demonios, se me había olvidado.

Saqué el revólver y me lo amarré a la pierna.
Fuimos a la gala de la mañana.

Mike estaba parado detrás de nosotros.
Saludar y saludar, eso es todo. Matt, Mike y yo estamos viendo como los demás bailan.

-Matt, voy a buscar unos papeles -dijo Mike.
-Claro.

Se fue.
Miré a Matt.

-¿Qué pasa Roth?
-Nada. Te ves bien con ese traje.
-Y tú muy... ¿Qué?

Miré hacia las escaleras. Personas van hacia allá con una mujer. Nos miramos, atravesamos a las personas y fuimos a las escaleras.

Habían señores bien vestidos. Aún no nos han visto. Sólo escuchamos.

-¿Qué hace una señorita tan linda por aquí? -Pregunta un Señor.

Ella no hablaba. Sólo estaba ahí.

-Matt, -susurro -¿qué haremos?
-Debe ser una clienta. Tú quedate acá, es más, vete.

Se enderezó y se dirigió hacia ellos.

-Señor Cortez, qué agradable sorpresa - decía uno -... ¿Y la señorita de ahí no va a venir?

¿Qué?
Alguien me empuja, pero un golpe de mi parte apareció en su cara.
Estoy en el centro con Matt.

-Te dije que te fueras.
-Tengo el trabajo de cuidarte.
-Mier... -decía lamentándose.

Uno me miraba de abajo hacia arriba. Qué incómoda me siento.

-Qué linda es su sirvienta señor Cortez.
-Es mía. No quiero problemas. Señorita...

Ambos miramos sorprendidos.
La señora no era nada más que un hombre disfrazado. Él sacó una pistola y apuntó a Matt.
Como instinto, saqué la mía también.